Autoridades mexicanas dijeron el miércoles que fueron localizados los cuerpos de dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas asesinados por pistoleros dentro de un templo en un remoto poblado rural del norte del país.
El incidente, condenado por el Papa Francisco, ocurrió el lunes después de que el guía buscara refugio en una iglesia de la pequeña comunidad Cerocahui, en el fronterizo estado Chihuahua, para protegerse de un ataque. Tras el crimen sus cadáveres fueron sustraídos del lugar.
«Hemos logrado localizar y recuperar los cuerpos de los sacerdotes Javier Campos, Joaquín Mora y del guía de turistas Pedro Palma», informó la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos, a través de un breve mensaje videograbado, sin ofrecer más detalles.
La fiscalía de Chihuahua identificó a José Portillo «El Chueco» como sospechoso de los asesinatos por lo que ofreció una recompensa de 5 millones de pesos (unos 250,000 dólares) a quien proporcione información que lleve a su captura.
Las autoridades dijeron que Portillo estaría involucrado además en el tráfico de drogas en la región y otros delitos.
Hasta ahora no se ha informado sobre el paradero de otras cuatro personas que habrían sido secuestradas el mismo día de los hechos.
Cerocahui se encuentra enclavado en la Sierra Tarahumara, hogar del pueblo indígena rarámuri que por años se ha visto afectado por la violencia generada por grupos criminales dedicados a la producción y trasiego de drogas.
Con información de Reuters