Durante 10,10 segundos, Ferdinand Omanyala se olvidó de los problemas de visa que estuvieron a punto de dejarlo en casa. Se sobrepuso también al cansancio de un largo vuelo y a su desplazamiento enloquecido desde el aeropuerto hasta la pista tan sólo para llegar a tiempo a la línea de largada.
Pero una vez que el velocista keniano cruzó la meta, se sintió exhausto.
Su siguiente parada fue la cama.
Pero al menos Omanyala dormiría como un lirón el viernes por la noche al saber que había avanzado a la ronda semifinal de los 100 metros en el Mundial de Atletismo.
“No supe que estaba cansado sino hasta que corrí la carrera”, dijo Omanyala, quien avanzó en una noche en que Fred Kerley logró el mejor tiempo, com 9,79 segundos. “Fueron decepcionantes los problemas con la visa, pero hay que dejar a un lado los retos. Hay que venir acá y correr”.
En realidad tuvo que librar una carrera tan sólo para llegar a otra, debido al retraso en la obtención de su visa. Estaba de hecho resignado a perderse el Mundial.
Pero el documento se le entregó de última hora y su equipo se esforzó por reservar un vuelo. Fue toda una odisea, con salida en Nairobi, escalas en Doha y Seattle, y destino final en Eugene.
Y faltaba todavía llegar al Hayward Field. En total, pasó 20 horas en aviones, sin contar los tiempos de espera en las escalas.
Pero además de clasificarse podría obtener el estatus de viajero frecuente. No pudo entrenar corriendo por los pasillos. Más bien bebió mucha agua.
Omanyala llegó a la pista un par de horas antes de su carrera. Se le colocó en el séptimo y último heat eliminatorio, para ganar algo de tiempo. Finalizó tercero en la ronda, lo que bastó para depositarlo en las semifinales.
“Fue cansado, una tortura mental”, dijo Omanyala. “Si no eres suficientemente fuerte, te derrumbas”.
Su problema fue uno entre unos 375 que se reportaron a los organizadores locales, World Athletics y el Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos. Los dirigentes de World Athletics dijeron que, de los 5.500 participantes y dirigentes que acudían a Eugene, menos del 1% tenía aún problemas de visa en la víspera del Mundial.
Son demasiados, a juicio de Omanyala. Espera que los problemas de visa no persistan cuando Estados Unidos realice su siguiente evento, los Juegos Olímpicos de 2028 en Los Ángeles.
“Ellos necesitan aprender de esto y hacerlo mejor la próxima vez”, comentó.
Con información de AP