Ángel Subero, concejal de Caracas y miembro del Observatorio Social Humanitario (OSH), indicó que la crisis de servicios públicos afecta significativamente el suministro de agua de los venezolanos.
Las declaraciones hacen referencia al segundo reporte del monitoreo comunitario de servicios públicos del OSH.
El informe determinó que casi 80% de los venezolanos no cuenta con servicio de agua potable, pues solo 21% reporta suministro continuo.
En el caso de la energía eléctrica, solo 41% de los encuestados aseguró tener servicio eléctrico continuo.
En cuanto al abastecimiento de combustible, el informe indicó que 8,19% de los venezolanos tiene acceso a suministro permanente y sin colas.
El servicio de agua sigue teniendo inconvenientes en todo el país. El reporte reveló que solo 23,25% de los encuestados de las grandes ciudades tiene servicio continuo, mientras que en el resto del país los índices se reducen a 21,55%.
Sobre calidad, la región oriental tuvo la mejor calificación con 69,92% que reportó suministro de agua limpia, seguida de la occidental con 61,9% y la andina con 52,58%. De última aparece la región de los Llanos con 32,8%.
Respecto a la electricidad, la calificación entre las principales ciudades y el resto del país no presenta gran variación respecto al informe pasado, pues el suministro continuo en las ciudades fue de 48,14%, mientras que el resto de país reportó 41,67%.
La región capital sigue siendo la que cuenta con mayor calificación en comparación con el resto de las regiones, con 83,62%. Le sigue la región andina, con 39,34%, y la región oriental, con 38,97%. La región con peor suministro fue los Llanos, con 21,72%.
Subero destacó que se observa la priorización del suministro a las principales ciudades que al resto del país.
El monitoreo de servicios públicos indicó que el suministro de combustible presentó mayores problemas. Según los datos obtenidos, la región andina tuvo la «mejor» calificación del suministro permanente de combustible, al indicar que las personas podían llenar sus tanques, seguida de la región oriental con 11,87%. La región de los Llanos fue la que menos contó con suministro permanente sin cola, con apenas 1,42%.
Destacó también la calificación baja del servicio en toda Venezuela. Si se compara el “resto del país” (8,19%) con las principales ciudades (4,58%), se observa que el suministro permanente sin cola tiene gran diferencia entre las regiones.
Asimismo, Subero indicó que observaron un aumento de los reportes sobre el desabastecimiento de gasolina o el suministro irregular, que fue de 2,48% en febrero en las principales ciudades, a 4,58% en junio en estas mismas regiones. Sin embargo, llama la atención que en el resto del país estos porcentajes se presentan al contrario: en febrero, 12,72% reportó que no había gasolina o existe suministro irregular, mientras que en junio el porcentaje fue de 8,19%.
Subero explicó que los patrones de fallas en los servicios públicos son más notorias en ciudades de mediano tamaño comparadas con grandes ciudades y la región capital comparada con el resto del país; es decir, las características de cada uno de los servicios entre sí tienen patrones regionales específicos.
“Si hablamos de servicio eléctrico, la región occidental tiene la peor calificación. Cuando hablamos de agua, la región central y andina tienen las mejores calificaciones en regularidad y calidad de servicio; pero si vemos combustible, hay una distribución donde las zonas centrales del país reciben más cantidad de combustible que el resto”, aseguró.
El OSH atribuye ese fenómeno a razones estructurales, es decir, que depende de la zona de generación de servicios y sus sistemas de distribución en el caso de la electricidad y el agua.
Respecto al combustible, Subero considera que está asociado a razones estratégicas o políticas (zonas de alta densidad de población susceptible de protestas, región capital por la ubicación de oficinas gubernamentales nacionales).
El estudio concluyó con que no existe un patrón de mejoría de los servicios en el tiempo, y que dependen en gran medida con las variaciones estacionales, relacionadas con las épocas de lluvias; y en el caso de electricidad, la capacidad de generación que tiene componentes tanto de generación de energía hidráulica (agua) como la termogeneración, que requiere la existencia de combustible.
Con información de El Nacional