Yilbert Leonardo Pérez Barón convirtió el Transmilenio de Bogotá, en la capital colombiana, en su aula de clases de historia. Con su técnica le ha enseñado a los pasajeros datos sobre la ruta cultural y los insta a ser turistas en su propia ciudad.
“En las mañanas abordo la ruta de El Dorado. En el recorrido puedo ir explicando por dónde vamos, para contar datos de cultura general. Eso se vuelve como un tour en un museo al aire libre”, contó el tachirense de 23 años, a El Tiempo.
El venezolano estudiaba literatura y letras, pero dejó los estudios para cumplir su meta de llegar a Lima, Perú, para encontrar nuevas oportunidades, pero cuando llegó a la capital colombiana se enamoró de la arquitectura renacentista del centro, de las librerías de la carrera séptima y de los relatos que aún se mantienen en la plaza de Bolívar, la Casa del Florero y la Puerta Falsa.
“No recuerdo por qué un día le pregunté a varias personas en qué año se fundó la ciudad. Su respuesta fue silencio. Ese desconocimiento hizo que me animara a subir a los buses a hablar con la gente. No lo veo como una clase, me gusta más dialogar con los usuarios y que ellos recuerden cómo la historia ha marcado sus vidas”, explicó.
El venezolano no solo encontró su amor por la enseñanza en los autobuses de Bogotá. Esta actividad lo llevó a conocer a Valentina Sánchez, su actual pareja, quien realiza la misma actividad para impartir conocimiento sobre las comunidades indígenas de la región.
“Tengo un lema: ‘Oímos, pero no escuchamos y queremos recibir más de lo que damos’. Ese es uno de los grandes problemas en la actualidad. No solemos aportar un grano a la sociedad, por ello mi compromiso es brindar identidad a quienes me oyen, enseñando historia”, precisa el joven.
Yilbert Pérez asegura que continuará con su pasión por la pedagogía, pero admite que le gustaría destacarse como guía en una agencia formal. Mientras tanto, dice que seguirá aportando desde sus conocimientos a la construcción de una mejor capital.
Con información de El Pitazo.