Filas kilométricas y esperas de hasta diez horas para despedirse de Isabel II

En Londres, las filas para despedir a la reina Isabel II se han extendido por varios kilómetros. Se prevé que hasta el próximo lunes, unas 750.000 personas vayan al Westminster Hall, donde se ha establecido la capilla ardiente. Luego, en esa misma jornada, se llevará a cabo el funeral de Estado de la monarca y su posterior entierro.

En un evento multitudinario se ha convertido el velorio de la reina Isabel II. Miles de personas de distintas partes de Reino Unido y del mundo hacen fila a las afueras del Westminster Hall en Londres para darle el último adiós a la monarca.

Las colas que bordean el sur del río Támesis se extienden por más de siete kilómetros y pasan por lugares emblemáticos como el Tower Bridge.

Las autoridades han dispuesto una ruta de hasta 16 kilómetros con puntos de primeros auxilios y más de 500 baños portátiles. En la logística colaboran 1.000 funcionarios y participan 30 líderes religiosos de diversas creencias, quienes se acercan a hablar con las personas.

Según estimaciones, unas 750.000 personas podrán ver el féretro antes del lunes las a las 6:30, hora local, cuando finalizará el velatorio.

Dolientes de todas partes del mundo se acercan a despedir a la reina

Entre los asistentes se encuentran personas que han viajado desde distintas partes de Reino Unido y también de diversos lugares del planeta. Hay desde ex soldados hasta familias con bebés en brazos.

Cuando pasan cerca al ataúd de la reina, muchos de los asistentes se secan las lágrimas, otros inclinan la cabeza o hacen reverencias. Entre ellos, Keith Smart, un ingeniero y veterano del Ejército británico, quien esperó más de diez horas para despedir a la monarca. «Todo el mundo en la multitud se comportó impecablemente», dijo.

Amy Tsai dijo haber viajado desde Taiwán en mayo y participado en las celebraciones del jubileo de la reina en junio. Paul Frances, otro de los que asistió para presentar sus respetos, mencionó que el día anterior había tomado «la decisión de» levantarse «muy temprano y venir aquí. Quería formar parte de la historia».

También políticos como la ex primera ministra Theresa May han asistido al Westminster Hall. La ex mandataria ‘tory’ inclinó la cabeza ante el féretro antes de abandonar la sala.

Los soldados y los ‘Beefeaters’, los guardianes de la Torre de Londres (residencia del o la monarca de Reino Unido), custodian el féretro en una vigilia constante y por varias horas, tanto así que uno de los hombres apostados al lado del cuerpo de la reina se desvaneció ante las cámaras.

«Estos actos tienen lugar en el marco de una efusión de dolor, afecto y gratitud de la población del Reino Unido, de la Commonwealth y de todo el mundo», dijo el conde mariscal, Edward Fitzalan-Howard, quien es el encargado de organizar los funerales de Estado. «La reina ocupó una posición única y atemporal en todas nuestras vidas. Nuestro objetivo y nuestra creencia es que el funeral de Estado y los eventos de los próximos días unan a la gente de todo el mundo», agregó.

Detalles del funeral de la monarca

El funeral de la reina será el primero de Estado que se llevará a cabo en el país tras la muerte del ex primer ministro Winston Churchill en 1965. A la ceremonia se prevé la asistencia de unas 2.000 personas, entre las cuales jefes de Estado y representantes de distintas casas reales.

El lunes 19 de septiembre, tras finalizar el velorio, el ataúd será transportado por 142 militares de la Armada hasta la Abadía de Westminster. Allí habrá un servicio a las 11:00 de la mañana que durará alrededor de una hora. Finalizado, se guardarán dos minutos de silencio en todo el país. El aeropuerto londinense de Heathrow anunció que detendrá todos los vuelos durante 15 minutos antes y después de que haya finalizado la ceremonia.

Acto seguido, el cuerpo de la reina recorrerá una procesión en la que el nuevo rey y la familia real caminarán acompañándolo, desde la Abadía de Westminster hasta el Arco de Wellington en Hyde Corner Park. En ese instante se dispararán salvas de cañón y la campana del emblemático Big Ben tocará cada minuto.

El cuerpo de Isabel II subirá al coche fúnebre y emprenderá su camino hasta el Castillo de Windsor, donde habrá otro servicio religioso en la Capilla de San Jorge.

Funcionarios del Palacio de Buckingham confirmaron que la reina será inhumada el lunes en una ceremonia privada en el Palacio de Windsor, en la capilla conmemorativa a Jorge VI, donde están los restos de su marido, Felipe de Edimburgo, quien murió en abril de 2021; los de su hermana la princesa Margarita y sus padres, el rey Jorge VI y la reina madre, Isabel Bowes-Lyon.

Invitados de todo el mundo llegan a Londres

Aunque el Palacio de Buckingham no revelará la lista de los 2.000 asistentes, se espera que presidentes, primeros ministros y miembros de la realeza de distintas parte del mundo vayan al sepelio. Algunas naciones, como Rusia, Afganistán y Siria no recibieron invitaciones.

El presidente francés, Emmanuel Macron, asistirá al funeral, al igual que el de Estados Unidos, Joe Biden, quien según la Casa Blanca habló con el nuevo rey el miércoles y «transmitió la gran admiración del pueblo estadounidense por la reina».

Carlos III encabezará el domingo un acto oficial en el que se reunirá con los dignatarios.

Informaciones del periódico ‘The Times’ afirman que la nueva primera ministra Liz Truss se reunirá, al margen del funeral, con líderes como el presidente estadounidense, Joe Biden, aunque los encuentros son catalogados como informales.

Entre los invitados están unas 200 personas que fueron premiadas por la difunta reina por su labor en la respuesta a la pandemia del Covid-19, en sectores como la beneficencia, la sanidad y la educación.

Para el príncipe William, heredero al trono, las ceremonias a las que ha asistido le han traído recuerdos de cuando estuvo en el sepelio de su madre, la princesa Diana. Según recordó, siendo niños, hace 25 años, él y su hermano Harry siguieron el féretro cuando era llevado en una procesión similar por el centro de Londres.

El príncipe, mientras hablaba con los asistentes junto la ahora princesa de Gales, dijo que «la procesión de ayer fue un reto… me trajo algunos recuerdos».

 

 

 

 

 

 

Con información de France24

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