El presidente de la Conferencia Episcopal de Portugal (CEP), José Ornelas, negó hoy que hubiese encubrimiento en los casos de abusos sexuales en la Iglesia católica, cuya investigación le ha salpicado y aseguró que está «tranquilo».
«Por mi parte puedo decir lo siguiente: estoy tranquilo», aseguró Ornelas en rueda de prensa en el Santuario de Fátima, donde hoy comenzó la última gran peregrinación del año y días después de que saliese a la luz que era investigado por el Ministerio Público en dos casos de supuesto encubrimiento de abusos.
Uno de los casos se refiere a presuntos abusos cometidos en un orfanato de la ciudad mozambiqueña de Gurúè, hace una década, y el otro a las sospechas que recaen sobre un religioso ligado a la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús, de la que Ornelas fue superior general.
«Con las informaciones que tenía en el momento fueron las medidas adecuadas, no hubo ninguna maniobra de encubrimiento», manifestó Ornelas, obispo de Leiría-Fátima, que afirmó que no fue contactado por el Ministerio Público y se enteró por la prensa de que estaba siendo investigado.
«Es la hora de la justicia», insistió.
CUALQUIER NÚMERO «ES DEMASIADO»
La comisión independiente que investiga los abusos sexuales cometidos en el seno de la Iglesia en Portugal avanzó el martes que ya ha identificado 424 casos desde la década de 1950, pero el presidente de la CEP dijo que para ellos los números no son lo más importante.
«Para mí cualquier número es siempre demasiado y trabajamos para acabar con ello», señaló Ornelas, que no quiso comentar las polémicas declaraciones del presidente de Portugal, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, sobre el número de casos identificados.
Rebelo de Sousa dijo que no le parecía «particularmente elevado» que haya 400 casos en Portugal «porque en otros países con horizontes más pequeños hubo millares de casos», palabras que han desatado críticas a izquierda y derecha en el país.
«No voy a comentar directamente las palabras del presidente porque son suyas», dijo Ornelas, que volvió a pedir perdón a las víctimas de abusos.
Del trabajo de la comisión, que quedará plasmado en un informe en enero, más que los números es importante la «caracterización» de esos abusos: «Por qué fueron abusadas, dónde fueron abusadas, cómo fueron abusadas, por quién. Esto es lo que nos permite después tomar medidas», refirió.
Factores como la transparencia pueden ser importantes para diseñar políticas de protección, defendió.
«Donde pudo haber algo extraño, ¿por qué no fue relatado? ¿Dónde paró la información? ¿Qué necesitamos para que esto no pase?», insistió.
CREDIBILIDAD DE LA IGLESIA
Cuestionado sobre si los datos que están saliendo a la luz en Portugal sobre los abusos afectan a la credibilidad de la institución y de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que acogerá Lisboa en 2023, Ornelas manifestó que «la Iglesia no es perfecta».
«Y creo que nunca será perfecta (…) Esto no hace que me resigne y por eso es necesario transformarla», señaló.
La credibilidad, dijo, pasa por «actuar de forma creíble» y eso es lo que están intentando hacer y el mensaje que quieren dar en la JMJ.
«Si hay un mensaje que dejar a la juventud es precisamente ese. No vivo en una Iglesia perfecta pero sí en una Iglesia que no se puede resignar y parar y decir que para quedar bien no hacemos esto. Tenemos que hacer lo que es justo porque la gente sufrió», subrayó.
Con información de Agencia EFE