Fuerzas combinadas del ejército y la policía extendieron el miércoles a varios municipios del departamento salvadoreño de La Libertad los operativos de búsqueda y captura de miembros de pandillas, a las que las autoridades responsabilizan de la mayoría de los crímenes que se cometen en el país.
La operación comenzó en las primeras horas del domingo cuando más de 2.000 soldados y unos 500 policías tomaron el control de la carretera de acceso a Comasagua, unos 29 kilómetros al suroeste de la capital, y realizaron un minucioso registro de las personas que entraban y salían del lugar para identificar y capturar a los pandilleros que la víspera habían asesinado a un campesino.
Después de 24 horas de un intenso patrullaje las autoridades capturaron a 50 presuntos miembros de la estructura criminal “Witmer Locos Salvatruchos” de la pandilla Mara Salvatrucha MS-13.
Entre los capturados figuran dos cabecillas a los que se atribuye el asesinato del campesino, al que le habrían quitado la vida por darle café a un grupo de policías que patrullaban la zona.
Como había advertido el ministro de Seguridad, Gustavo Villatoro, los equipos tácticos de la policía se desplazarán a otros municipios aledaños para evitar la fuga de pandilleros hacia otras zonas del país.
Villatoro también aseguró que en los últimos meses han dado un duro golpe a lo que se conoce como la “Ranfla Nacional”, integrada por los cabecillas máximos de la Mara Salvatrucha. “En este momento la estructura de las cinco sillas que gobernaban la MS-13 ya no existe, ese mando estratégico que tenían a nivel nacional ya no lo tienen”.
“No nos vamos a detener hasta capturar al último terrorista y llevarlo a prisión. Uno a uno caerá de rodillas ante la justicia”, sentenció Villatoro.
En su informe la policía detalló que las acciones de búsqueda y captura de pandilleros abarca a todo el departamento de La Libertad y que continuará operando en Comasagua, donde pobladores confirmaron a AP que pandilleros habían llegado de otros lugares para buscar refugio en los cafetales de la zona.
Después de que el 26 de marzo se reportaron 62 homicidios en un día, un nivel de violencia que no se había visto en El Salvador en mucho tiempo, el Congreso aprobó el estado de excepción que limita varios derechos constitucionales y las fuerzas de seguridad iniciaron operativos en las zonas más populosas del país cercando a los pandilleros.
Los pandilleros que han logrado evadir a las fuerzas de seguridad dejaron las ciudades y, según información oficial, se han refugiado en zonas rurales y montañosas donde habrían montado campamentos improvisados.
Las autoridades han informado que desde que se implementó el estado de excepción han capturado a más de 54.000 personas de las cuales más de 47.000 están en prisión preventiva, en su mayoría acusados de formar parte de estructuras criminales o de ser colaboradores de las pandillas. El resto ha sido liberado.
Las llamadas maras o pandillas, que se estiman cuentan con unos 70.000 integrantes, tienen presencia en populosos barrios y comunidades y están involucradas en el narcotráfico y el crimen organizado. También extorsionan a comerciantes y empresas de transporte y asesinan a quienes se niegan a pagar, según las autoridades.
Fuente: LA Times