Al grito de «Fuera Castillo, fuera!», miles de manifestantes marcharon este sábado por las calles de Lima para reclamar la renuncia del presidente izquierdista Pedro Castillo, quien se encuentra bajo un inédito marco de seis investigaciones por presunta corrupción.
Los opositores al gobierno de Castillo recorrieron las calles del centro histórico hasta llegar a 100 metros del Congreso donde decenas de policías antidisturbios impidieron con gases lacrimógenos que los manifestantes llegaran al Parlamento y al palacio de gobierno.
«Vengo a la marcha para sacar a ese corrupto. Castillo debe salir para eso es esta marcha para sacarlo», dijo a la AFP Nancy Huarcaya, que vestía una camiseta de la selección peruana.
Los manifestantes pertenecientes a grupos políticos y asociaciones civiles portaban letreros que decían «Fuera Castillo», «Castillo corrupto» y «Vacancia ya».
«Estamos aquí representando a millones de peruanos. El Perú ya no aguanta más. Estamos al borde del precipicio, económicamente todo se ha estancado», declaró a la AFP Carola Suarez, que sostenía una bandera peruana.
Similares movilizaciones convocadas por grupos políticos y asociaciones civiles se realizaron en las ciudades de Piura y Chiclayo (norte) y Cusco y Arequipa (sur).
«Fuera Castillo. Estamos indignados por tanta corrupción», fueron algunos de los gritos que coreaban en la manifestación.
Las movilizaciones se realizan a 15 días de la llegada de una Comisión de alto nivel de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para analizar la aguda crisis política en Perú.
En paralelo, una movilización de colectivos y sindicatos marchó en apoyo al presidente en la plaza San Martín de Lima.
Castillo, en el poder desde julio de 2021 para un mandato de cinco años, ha debido enfrentar dos intentos de destitución por parte del Congreso -dominado por la oposición-, y responder a seis investigaciones fiscales por presunta corrupción suya y de su círculo familiar y político más cercano.
La Fiscalía denunció formalmente el 11 de octubre a Castillo ante el Parlamento por presunta corrupción, un proceso que puede conducir a un antejuicio político y a la suspensión del presidente.
«Me tendrán hasta el último día de mi mandato porque mi pueblo así lo ha decidido», dijo Castillo la mañana del sábado en una actividad en el palacio de gobierno.
Castillo, maestro rural de 53 años, niega que su familia haya cometido delitos y dice ser víctima de una campaña para sacarlo del poder.
Con información de DW – US LATM