Con rostros de estupefacción y profiriendo exclamaciones como “¡No lo puedo creer!”, “¡Dios, hasta dónde hemos llegado!”, reaccionaron vecinos de la comunidad de Tienditas, municipio Pedro María Ureña, cuando en 2019 detectives de la Brigada Contra Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas detuvieron a una joven de 23 años por el asesinato de su propia madre.
Tres años después, tras las pruebas presentadas por el Ministerio Público, fue condenada a 28 años de prisión M. J. Villamizar Hernández, por su responsabilidad en la muerte de su progenitora, Mary Adelina Villamizar Hernández, quien entonces contaba con 59 años de edad.
Vale señalar que por este caso resultó condenado, previamente, a seis años de prisión, Simón Alejandro José Arias Batista, por su participación en los hechos.
El matricidio ocurrió el 4 de octubre de 2019 en la citada población fronteriza. Refiere la investigación que durante el citado día, Villamizar Hernández sostuvo una fuerte discusión con su madre y en ese incidente la golpeó, fuertemente, en la cabeza con un objeto contundente, quitándole la vida en el sitio.
Con la ayuda de Arias Batista, llevó el cuerpo de la víctima hasta su habitación, le puso una bolsa en la cabeza para fingir un robo y abandonó el sitio en compañía de su hija de cuatro años de edad.
Acto seguido, se desplazó a un centro asistencial cercano, y llamó a su expareja para notificarle que se encontraba con la niña en el médico por una supuesta enfermedad. Además, le solicitó acercarse hasta la vivienda debido a que no había tenido contacto con su madre.
Luego de abandonar el centro asistencial, se dirigió hacia un Centro de Diagnóstico Integral en San Antonio del Táchira para recibir tratamiento por unas presuntas heridas que sufrió durante un robo.
Tiempo después regresó a la vivienda, encontrando a los vecinos de la zona alrededor del inmueble. Al encontrar el cadáver de su madre, fingió un desmayo. Tras eso, se notificaron los hechos a funcionarios del CICPC de la delegación municipal de Ureña.
Una vez iniciadas las indagaciones sobre el caso, y en función de testimonios suministrados por los vecinos, se detectaron varias inconsistencias en la versión presentada sobre los hechos por parte de Villamizar Hernández.
En este particular, Douglas Rico, jefe nacional de la policía científica, publicó en ese entonces a través de sus redes sociales que las personas abordadas por el caso coincidían en sus relatos acerca de los constantes problemas que tenía la víctima con su hija.
Finalmente, durante un interrogatorio, la mujer reconoció que tuvo una discusión con su madre, que culminó con ella supuestamente empujándola, lo que habría ocasionado que recibiese un golpe en la cabeza.
Sin embargo, experticias del CICPC coordinadas por el Ministerio Público confirmaron que la hija de Villamizar Hernández presenció el homicidio y ofreció detalles sobre cómo ocurrió.
En virtud de la información obtenida, al día siguiente la mujer y su cómplice resultaron aprehendidos y dejados a disposición del Ministerio Público.
Durante el juicio, la Fiscalía 25ª de Táchira ratificó la acusación en contra de Villamizar Hernández por la comisión de homicidio calificado.
Una vez que la representación fiscal evacuó todos los órganos de pruebas, el Tribunal 1º de Juicio dictó la citada condena en contra de la mujer y ordenó su reclusión en la delegación municipal del CICPC en el municipio Pedro María Ureña.
Con información de La Nación.