Con la mano en el corazón y a poco más de un año de asumir como primera dama de San Francisco, Franciela Núñez de Fernández, revela parte de su faceta más humana y su vocación innata de servicio. «Yo nací para dar, me gusta ayudar y estar con la gente, no solo desde ahora, quien me conoce sabe que es así», afirmó.
Franciela Núñez, quien además se desempeña como presidente de la Fundación Damas del Sur (Damasur), confiesa ser una mamá y abuela «consentidora» que se organiza desde muy temprano en las mañanas, para cumplir con sus roles en su vida personal y profesional, de lunes a sábado. Porque para los Fernández Núñez, los domingos son sagrados para la familia «Siempre hay un compartir», manifiesta Franciela.
Labor social que marca el alma
En el desempeño de su labor social de la mano del alcalde del municipio sureño, Gustavo Fernández, narra lo que ha descubierto y aprendido, reseñando con cierta tristeza algunos de los momentos que más han conmovido su corazón.
«Es difícil, una historia te marca más que la otra, por ejemplo Juanita de Los Cortijos. Una abuela sin familia, abandonada y que encontramos tirada en el suelo en total abandono. A la que fuimos a rescatar y llevamos al hospital, para darle una mejor calidad de vida, hasta que lamentablemente partió con el señor», aseguró la primera dama.
A su vez, mencionó la delicada situación de Davianny Tejera una niña especial de ocho años con desnutrición severa y proveniente de una familia disfuncional en Domitila Flores, a quien brindaron las atenciones médicas y sociales que requería «Cuando la conocí tenía fiebre y estaba muy mal, ahora ya ha aumentado gracias a Dios cinco kilos, porque a ella lo que le faltaba era atención», manifestó Núñez de Fernández.
Confiesa con voz entrecortada, su indignación y pesar ante los abusos que sufren algunos niños en manos de sus padres, historias que le ha tocado ver de cerca, en la casa de abrigo Negra Matea. «Estos casos me han impactado bastante, quien conozca la realidad de cada uno de ellos es para llorar. Los tienen, les hacen daños y les roban su inocencia», puntualizó con preocupación.
Para finalizar, Franciela Núñez de Fernández agradece la confianza depositada en su esposo, afirmando que ellos llegaron a gobernar para el bien y para ella esto se traduce en «Que cada uno de los habitantes de San Francisco hagan el bien, porque si cada uno hace lo que debería hacer el municipio, el estado y Venezuela fuera otra cosa» concluye.
Nota de prensa / DCN