El embajador de Israel ante la ONU acusó el miércoles a los palestinos de haber clavado un cuchillo a cualquier posibilidad de reconciliación por solicitar una opinión consultiva al máximo tribunal del organismo mundial sobre las décadas de ocupación israelí en tanto que el representante palestino afirmó que el nuevo gobierno israelí busca aplastar al pueblo palestino.
La siempre polémica reunión mensual del Consejo de Seguridad sobre el conflicto israelí-palestino fue esta semana incluso más virulenta y peligrosa, y el enviado de la ONU para el Medio Oriente, Tor Wennesland, advirtió que “persiste en el terreno un peligroso ciclo de violencia en medio de un aumento de la tensión política y un estancado proceso de paz”.
“Los israelíes y palestinos continúan en ruta de colisión en medio de una intensificación del discurso político e incendiario así como una agudización de la violencia en Cisjordania, ambas con posibles consecuencias graves”, aseguró.
“Ante la ausencia de un esfuerzo concertado y colectivo de todos, con fuerte apoyo de la comunidad internacional, los perturbadores y extremistas continuarán echando más combustible al fuego y nos alejaremos más de una solución pacífica del conflicto”.
Persiste en la base de la violencia la búsqueda de los palestinos durante décadas del establecimiento de un Estado independiente en Cisjordania, Gaza y Jerusalén oriental, territorios de los que Israel se apropió en la guerra de 1967.
Israel considera a Cisjordania un territorio en disputa y ha construido docenas de colonias en las que viven aproximadamente medio millón de pobladores judíos.
En la confrontación más reciente, los palestinos y sus simpatizantes lograron el 30 de diciembre que la Asamblea General de la ONU aprobara una resolución en la que piden a la Corte Internacional de Justicia que intervenga en una de las disputas más prolongadas y espinosas del mundo y emita una opinión consultiva sobre la legalidad de las políticas israelíes en Cisjordania y Jerusalén oriental.
Aunque las determinaciones de la corte no son de cumplimiento obligatorio, sí influyen en la opinión internacional.
El nuevo gobierno de línea radical de Israel respondió el 6 de enero con la aprobación de medidas de represalia para castigar a los palestinos.
El primer ministro Benjamin Netanyahu dijo que las medidas estaban dirigidas contra lo que describió como un paso “anti-Israel en extremo” en Naciones Unidas.
Las medidas incluyen retener 39 millones de dólares dirigidos a la Autoridad Palestina que carece de recursos y transferir el dinero a un programa de compensación para las familias de víctimas israelíes de ataque de extremistas palestinos, tras deducir una cantidad igual a la suma que la autoridad pagó el año pasado a familias de prisioneros palestinos y a aquellos fallecidos en el conflicto, entre ellos extremistas implicados en ataques contra israelíes y poner fin a los privilegios de viaje para los palestinos prominentes.
Con información de la AP