Puno (Perú) se viste de luto en un homenaje masivo a los 17 muertos en las protestas

La ciudad de Juliaca, en la región peruana de Puno, se vistió este miércoles de luto en un homenaje público y masivo a los 17 manifestantes fallecidos el lunes en la jornada más sangrienta desde que estallaron las protestas el mes pasado.

Miles de ciudadanos, muchos de ellos vestidos de negro en señal de duelo, acompañaron en una procesión por las principales calles de Juliaca los ataúdes de un joven estudiante de medicina, un vendedor de helados, una menor de edad y otras 14 personas que perdieron la vida en las protestas antigubernamentales que sacuden a Perú tras el fallido autogolpe del expresidente Pedro Castillo.

Ubicada a unos 1.300 kilómetros de Lima, Juliaca ha sido el epicentro de las movilizaciones desde que se retomaron, tras la tregua navideña, en diversas regiones del país.

Las protestas exigen la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, el cierre del Congreso, nuevas elecciones en 2023 y la convocatoria de una asamblea constituyente.

Hoy, la ciudad lloró y rindió homenaje póstumo a quienes fallecieron hace dos días en los enfrentamientos directos con las fuerzas del orden en las cercanías del aeropuerto local.

Desde las 10:30 de la mañana, los familiares de las víctimas salieron a las calles del centro histórico, cargando en los hombros los féretros y las fotografías de sus deudos, que acompañaron de flores, de carteles que exigían justicia y de cajas que pedían donativos de colaboración.

«Dina (Boluarte) me asesinó con balas», se leía en un papel colgante de un ataúd blanco que resguardaba uno de los cuerpos.

La movilización, en la que participaron también varias organizaciones civiles de la zona, llegó al mediodía hasta la Plaza Mayor de Juliaca, donde se celebró una misa comunitaria para honrar a las víctimas.

Luego, algunos ataúdes fueron llevados hasta el aeropuerto de la ciudad, testigo de algunos de los acontecimientos por los que Boluarte, tres de sus ministros y dos exministros afrontan hoy una investigación fiscal preliminar por genocidio, homicidio calificado y lesiones graves.

El aeropuerto, que lucía resguardado por un gran contingente policial, permanece cerrado desde la semana pasada, cuando escaló la violencia en las protestas, sobre todo en esta región de Puno, colindante con Bolivia.

Una violencia que, en cuestión de horas, arrebató 17 vidas en Juliaca y, en tan solo un mes, dejó un saldo de 47 personas fallecidas a nivel nacional, despejando las esperanzas de que Boluarte pueda estabilizar al país y poner fin a la profunda crisis moral y política que arrastra desde 2016.

La jefa de Estado, cuya gestión acumula más muertos que días, asumió el cargo el pasado 7 de diciembre por sucesión constitucional al haber sido electa como vicepresidenta, luego de que el Congreso, de mayoría conservadora, destituyera a Castillo (2021-2022), quien prometió atender los reclamos del interior del país, por décadas relegados, y acabó entre rejas por intentar disolver el Parlamento y gobernar por decreto.

Con información de EFE

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