Rusia reducirá «voluntariamente» la producción de petróleo en 500.000 barriles diarios (bd) en marzo tras el tope impuesto por el G7, Australia y la Unión Europea (UE) al crudo y los derivados rusos por su «campaña militar» en Ucrania.
«Hoy estamos vendiendo completamente todo el volumen de petróleo producido, sin embargo, como se indicó anteriormente, no venderemos petróleo a aquellos que se adhieren directa o indirectamente al principio del precio máximo», dijo el viceprimer ministro Alexander Novak a los medios locales, según la agencia oficial TASS.
«En este sentido, Rusia reducirá voluntariamente la producción en 500.000 bd en marzo. Esto ayudará a restaurar las relaciones de mercado», sostuvo quien se encarga de la política energética del país y de las negociaciones con la alianza OPEP+.
El viceprimer ministro recordó que Rusia considera el mecanismo de topes al crudo y los derivados de petróleo rusos «una injerencia en las relaciones de mercado y una continuación de la política energética destructiva de los países occidentales».
«En el futuro, no solo puede conducir a una disminución de la inversión en el sector petrolero y, en consecuencia, a una escasez de petróleo, sino que también se extenderá a otros sectores de la economía mundial con consecuencias similares», advirtió Novak.
También dijo que Rusia, a la hora de tomar decisiones adicionales, tendrá en cuenta la situación actual del mercado.
El propio Novak afirmó recientemente que la producción de petróleo en Rusia, a pesar de las sanciones impuestas, se ha mantenido estable en los últimos meses, en un nivel de 9,8-9,9 millones bd.
Hay riesgo de disminución de la producción
El viceprimer ministro enfatizó que en febrero los volúmenes siguen en el mismo nivel, pero también hay riesgos de disminución de la producción.
El tope occidental al petróleo ruso se introdujo en diciembre pasado y establece que un precio máximo de 60 dólares por barril.
Además, el 5 de febrero entró en vigor otro tope a los productos petroleros rusos de 100 dólares por barril para productos que se comercializan con una prima (gasolina y diésel) y de 45 dólares para los derivados que se venden con descuento sobre el petróleo.
El Kremlin respondió con un decreto del presidente, Vladímir Putin, que entró en vigor el 1 de febrero que prohíbe la venta de crudo ruso a un precio tope, aunque el mandatario puede hacer excepciones sobre la base de una decisión especial.
Con información de EFE