Contradictoria y compleja. Así describe la situación psicosocial de la población venezolana la encuesta Psicodata Venezuela, realizada por la Escuela de Psicología de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y presentada este miércoles en la sede de la institución, en Montalbán.
El estudio, de carácter nacional y único en su tipo, fue levantado entre diciembre de 2022 y enero de 2023, a partir de entrevistas a una muestra representativa de 1.500 adultos que participaron en la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi), de todos los estratos sociodemográficos y todos los estados del país.
El objetivo de la investigación, según expone el informe, fue identificar y analizar las debilidades y fortalezas psicosociales de la población venezolana. En esta se hizo especial énfasis en las dimensiones asociadas a la llamada «vulnerabilidad psicosocial». Ejemplo de ello son los factores individuales y relacionales que modulan las conductas de las personas ante entornos especialmente hostiles o difíciles. Asimismo, estas “afectan o influyen en la probabilidad de sufrir problemas de salud física o psicológica”.
Partiendo de esto, la encuesta abordó 14 áreas:
“Psicodata ofrece información confiable para crear y mejorar programas de intervención, con base en la sistematización del efecto país en la salud mental de la población venezolana”, destaca el estudio en su documento de presentación.
El estudio indagó en el impacto de situaciones como la pandemia, la crisis socioeconómica y la emergencia humanitaria compleja en la psique del venezolano. Psicodata Venezuela encontró que para 81% de la población, es decir, para 8 de cada 10 habitantes del país, no se puede confiar en la mayoría de las personas. Estos resultados, según el informe, se asocian “con tendencias a aceptar prácticas autoritarias de gobierno y con baja calidad de capital social”.
Adicionalmente, 90% siente preocupación ante la situación nacional, 79% afirmó sentir rabia por saber a dónde ha llegado Venezuela y a 73% le entristece pensar en el futuro de la nación. Cuatro de cada 10 aseguraron que, con frecuencia, su estado de ánimo se ha ido deteriorando por estas razones. En promedio, el venezolano tiene un nivel medio de afecto negativo.
Por otra parte, para seis de cada 10 personas (64%), la principal fuente de estrés son los problemas económicos. Como era de esperarse, “para los pobres el problema económico es más estresante (68%) que para los no pobres (61%)”, menciona el estudio.
El duelo asociado a la muerte o el éxodo masivo de venezolanos también está afectando la estabilidad emocional y personal de quienes se quedan. Según la encuesta, siete de cada 10 perdieron a un ser querido en los últimos dos años, de los cuales un tercio (34%) manifestó no haberse recuperado para retomar la cotidianidad. Por su parte, 75% indicó que en los últimos dos años ha experimentado la falta de familiares y amigos cercanos debido a la migración; de este grupo, 34% afirmó que le ha costado retomar su cotidianidad después de experimentar esta ausencia y 29% mencionó que su salud se ha deteriorado. “Esto es más frecuente en mayores de 65 años (40,1%) y en las mujeres (32%)”, menciona el informe.
Respecto al malestar físico y psicológico, el nivel de vulnerabilidad es medio. Casi un tercio (28%) de los encuestados indicó que siempre o casi siempre su capacidad de logro está limitada por no sentirse bien físicamente; 35% sugirió que no vale la pena seguir luchando porque “son siempre los vivos los que ganan”; 49% ha conseguido poco progreso en el logro de sus metas personales y 46% agregó que no vale la pena planificar porque las cosas son cuestión de suerte.
La población no está clara en la identificación y expresión de sus propias emociones: 54% declaró dificultad en expresar lo que siente acerca de otras personas; 51% le cuesta encontrar palabras para definir sus sentimientos; 48% se siente confusa con las emociones que siente y 45% reconoció tener sentimientos que le cuesta identificar.
Las memoria y concentración, capacidades cognitivas, también están siendo afectadas: 40% afirma tener problemas para atender y concentrarse, 38% dijo que le está costando mucho recordar las cosas. Mientras 35% expresó que se le dificulta comprender información escrita y 31% dijo que se le está haciendo difícil expresarse de forma escrita.
Pese a las debilidades psicosociales identificados, los investigadores de la UCAB encontraron varios ámbitos en los que los venezolanos se encuentran satisfechos y que pueden calificarse como fortalezas. Por ejemplo, la gran mayoría (78%) está contenta con cómo resultó su vida tras repasar su historia. De hecho, 76% reportó que es muy cercana a su ideal, 73% afirmó haber conseguido cosas importantes; aunque ese mismo porcentaje cambiaría algo de sí mismo si tuviera oportunidad. En cuanto al bienestar subjetivo, es decir, en qué medida la persona está a gusto con la vida que tiene, 42% se ubica en el peldaño 8 al 10. Solo un tercio de la población (31%) se siente decepcionada con sus logros.
Por otra parte, la mayoría de los venezolanos percibe un alto sentido de control personal: 82% dijo ser capaz de trabajar eficientemente con metas a largo plazo. Más de la mitad (57%) declaró sentirse parte importante de la solución de los problemas de su comunidad y 54% se identifica como responsable de lo que pasa a su familia.
Los deseos de participación comunitaria y social también se mantienen, pese a la crisis. Seis de cada 10 encuestados (59%) dijeron tener ganas de participar en actividades sociales o políticas. Esta intención es mayor entre quienes viven en condiciones más precarias. “Los pobres son quienes manifiestan mayor deseo de participar (77%)”, resalta el documento.
Aunque la mayor parte de los venezolanos encuentra en la fe y la religión un aliado (80% reconoció rezar cuando enfrenta problemas), según Psicodata la población valora las redes de apoyo de su entorno en situaciones difíciles, especialmente la familia. Se conoció que 67% recurre a sus familiares para solicitar ayuda y tres de cada 10 buscan a sus vecinos. Sin embargo, solo 9% acude a instituciones sociales, políticas, religiosas o deportivas cuando de solicitar auxilio se trata. Esto advierte la desconfianza percibida respecto a la capacidad de las instituciones.
Los investigadores de Psicodata Venezuela determinaron que las mujeres, las personas mayores de 65 años, los jóvenes de 18 a 24 años y quienes tienen menor nivel educativo representan los grupos más vulnerables desde el punto de vista psicológico.
Entre otros asuntos, las mujeres presentan mayor malestar físico y psicológico. 45,7% de ellas considera que su ánimo se ha deteriorado y 38% que su salud ha desmejorado. 1 de cada 2 mujeres reportó dificultad para atender y concentrarse. El estudio encontró que este grupo tiene mayor dificultad en identificación y expresión emocional. Además de una tendencia a autoevaluarse ligeramente más bajo que otros grupos en habilidades cognitivas.
Los adultos mayores, por su parte, se perciben con menor sentido de control personal (tienen pobres juicios sobre su propia disciplina, organización y responsabilidad personal) y con mayor deterioro de sus habilidades cognitivas. También reportaron mayor dificultad para comprender (45,6%) y para expresarse de forma escrita (42%). Además, identificaron tener más trabajo para expresar lo que sienten acerca de otras personas.
En cuanto a los jóvenes entre 18 y 24 años, estos son quienes presentan mayor nivel de inadecuación social, es decir, tienen un mayor deterioro en la capacidad para procesar información proveniente del entorno y responder adecuadamente a ella. También son los que, junto con los adultos mayores, se perciben con menor sentido de control personal.
Finalmente, las personas sin nivel educativo y con primaria incompleta tienen menor bienestar subjetivo. Además, 1 de cada 2 (55%) tiene problemas para atender y concentrarse, así como para expresar sus emociones e identificarse. 43,6% reportó que el malestar psicológico limita sus capacidades y 46% afirmó que sobrevivir implica adaptarse a lo que hay.
La investigación deja claro que, “al adentrarse en el estudio de las características psicológicas de los venezolanos, el principal rasgo que sobresale es su complejidad y la presencia de elementos aparentemente contradictorios en su seno”. Menciona que la preponderancia de los factores positivos o negativos, en medio de esta contradicción dependerá del “tipo de reforzamiento que reciban tanto los elementos psicológicos que pudieran resultar en el desarrollo de defensas ante el riesgo de una mayor vulnerabilidad, como los que, de continuar siendo estimulados y no combatidos, contribuyan a que esta última se acreciente”.
Por eso, los responsables del estudio recomiendan “generar antídotos de orden psicológico”, desde el ámbito de las políticas públicas y de la organización social e institucional. Con estos antídotos se podrán conformar “auténticas fortalezas de defensa contra la vulnerabilidad psicosocial y sus consustanciales consecuencias psicológicas en la población”, concluye el informe.
La presentación completa de Psicodata Venezuela está disponible, para su descarga y consulta gratuita, haciendo clic aquí.
Fuente: El Nacional