«La situación de crisis en el país (Venezuela) conlleva incertidumbre en el desarrollo de los negocios de Repsol», dice el informe anual consolidado de 2022 de la firma petrolera española. «Sin embargo -añade-, han mejorado las perspectivas como consecuencia de la mejora de la situación política y social y de una relativa disminución de las medidas coercitivas del gobierno de Estados Unidos».
Los cambios establecidos en las licencias estadounidenses a ciertas empresas para negociar con Pdvsa han hecho eco en la situación de Repsol. De hecho la exposición patrimonial total de la empresa en Venezuela aumentó un 38%.
Al cierre de 2022 el valor de los activos expuestos a los riesgos propios de los países, de Repsol en Venezuela, ascendió a 411 millones de euros, frente a los 298 millones con los que comenzó el año.
Las líneas de financiamiento que otorgó la empresa a sus filiales venezolanas y la inversión en Cardón IV, una sociedad junto con la italiana ENI, cuya principal actividad es la producción y venta de gas en Venezuela, fueron los factores del aumento en la exposición.
Repsol también posee el 40% de Petroquiriquire, sociedad que comparte con la Corporación Venezolana de Petróleo y Pdvsa, para vender petróleo y gas en el país.
El auditor de Repsol, PRiceWaterhouseCoopers (PwC) matiza en las cuestiones clave sobre las cuentas de la firma, que mejoraron «las expectativas futuras en Venezuela como consecuencia, principalmente de una relativa disminución de las medidas coercitivas del gobierno de Estados Unidos».
Pero detalla que «la situación general del país sigue afectada por una caída del producto interior bruto muy significativa en los últimos años, un sistema cambiario regulado, altos niveles de inflación y devaluaciones continuadas de la moneda local, un sector petrolero cuya producción se ha reducido significativamente en los últimos años, la inestabilidad política y las medidas sancionadoras internacionales».
PwC registra un deterioro de 266 millones de euros en sus cuentas en cuanto a la recuperación de sus inversiones en Venezuela y el riesgo de crédito sobre las cuentas por cobrar de Pdvsa.
«Esta cuestión requiere un elevado nivel de juicio y estimación que la dirección debe realizar para valorar la recuperación de sus activos en Venezuela, por lo que este asunto se ha considerado como una cuestión clave de auditoría», se explaya el informe de auditoría.
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Con información de El Nacional