Se acabó. Los Mavericks de Luka Doncic no disputarán los playoffs de la NBA 2023. Tampoco, vaya, el play in: caen ante los Bulls en su penúltimo partido de la temporada y dicen adiós a todas sus aspiraciones. Termina así una campaña misérrima, sostenidamente mala, penosa, llena de errores y también, claro, de muchos horrores, Una fase regular que tuvo un inicio irregular, que luego se fue complicando y que finalmente se torció del todo tras el fichaje de Kyrie Irving, ausente hoy en pista. Y que abre paso a un verano lleno de toma de decisiones, en el que la franquicia tendrá que decidir en qué dirección moverse, Mark Cuban demostrar que no es un propietario tan tacaño y ver qué hacemos con Jason Kidd, Kyrie, Christian Wood… En fin: una concatenación de despropósitos que ha llegado hasta su final. Uno adelantado, pero merecido. No es para menos.
Y fueron los Mavericks los que tiraron la toalla. Ya sea porque piensan más en el próximo draft que en disputar en play in (para lo que dependían de ganarlo todo y que los Thunder cayeran en la última jornada), no deja de ser curioso el timing con el que se ponen a luchar por un pick más alto en la lotería: a 8 de abril y en la antepenúltima jornada de la temporada regular. De una forma u otra, no jugaron Kyrie, Maxi Klebber, Wood, Tim Hardaway Jr. ni Josh Green. Y pronto se anunció que Doncic solo disputaría el primer periodo. ¿Por qué? Se ha debatido mucho de ello en Twitter: por un lado, le faltaba un partido para llegar a los 66 y ser así elegible para los principales premios del curso baloncestístico. Por otro, era la noche eslovena en el American Airlines Center y no tenía sentido prescindir del esloveno. De una forma u otra, los Mavs no querían ganar. Han decidido que, al final, ya estaba. Que para qué más.
El que sí parecía querer ganar es Doncic, que disputó un soberbio primer periodo: 13 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias. Decidió que se iba a despedir a lo grande, para lo que lanzó 11 veces a canasta (con un 0-5 en triples) y acudió en 7 ocasiones a la personal. Un +5 con él en ese rato para los Mavs, que mandaban al final del primer periodo (29-26). Tras esto, por orden directiva o decisión personal, Jason Kidd sentó a Doncic, que vio el resto de la primera parte desde el banquillo y para la segunda apareció vestido de calle. En total estuvo 12:35 en pista. Se acaba una temporada de promedios de más de 32 puntos, y por encima de los 8 rebotes y las 8 asistencias. Con esta última actuación, por cierto, cede en la pelea por el título de Máximo Anotador, que se quedará Joel Embiid (algo más de 33). El esloveno necesitaba 92 puntos combinados en los dos últimos encuentros para superar al camerunés. En fin: es lo de menos, pero ni emoción ha tenido el tema.
El encuentro careció de algo parecido a la emoción desde que se supo que los Mavs no querían jugarlo. El final fue igualado (112-115). Un triple de Patrick Williams aclaraba la situación a 2 minutos del final (108-113), minutos antes de que los Mavs reaccionaran a los 8 puntos de ventaja de su rival (102-110). McKinley Wright IV anotó entonces dos canastas consecutivas y Terry Taylos ponía los 3 de ventaja. Wright fue el elegido para el último tiro e intentar forzar la prórroga, pero falló. Y la victoria cayó del lado de unos Bulls que, simplemente, tuvieron alguna intención más de buscarla, que también estaban con muchas bajas (reservaron a Zach LaVine, DeMar DeRozan, Patrick Beverley…) y que ya saben que disputarán el play in de la Conferencia Este en el décimo puesto. El que buscaban los Mavs. O eso pensábamos, que al final no lo han buscado tanto.
En los Bulls destacaron los 23 puntos de Williams, los 20+10+4 de Nikola Vucevic y la buena distribución de balón de Coby White, que acabó con 24 tantos, 7 rebotes y 11 pases a canasta. Ayo Dosunmu también hizo un partido muy completo (12+9+5). Y en los Mavs, poca cosa: 11 de Davis Bertans, 11 de Justin Holiday, 13 de Markieff Morris, otros tantos de Wright y 12 de A.J. Lawson fueron lo más destacado, si es que hay que destacar algo. Si los Mavs caen en el próximo partido (aparentemente es lo que quieren) su récord acabará siendo de 38-44. El de la temporada pasada fue de 52-30. De las finales de Conferencia, ni hablamos. Es un auténtico desastre. De un final, además, infame por formas y actitud de la franquicia. Se acabó lo que se daba: toda reflexionar, tomar decisiones y pensar en el futuro. Y hay muchas cosas en las que pensar, eso seguro.
Con información de AS.com