Los votantes de Wisconsin acuden este martes a las urnas para elegir a uno de los jueces del Tribunal Supremo estatal, en una contienda que podría determinar el futuro del acceso al aborto en el estado, además de tener implicaciones electorales para todo Estados Unidos en 2024.
El resultado podría acabar con 15 años de supremacía de la derecha dentro del Tribunal Supremo de Wisconsin, compuesto actualmente por cuatro jueces conservadores y tres progresistas.
Frente a frente están la magistrada progresista Janet Protasiewicz, defensora del derecho al aborto, y el conservador Dan Kelly, que quiere restringirlo.
En el centro de la batalla está el futuro del acceso a este derecho reproductivo en Wisconsin, donde actualmente las personas gestantes no pueden abortar debido a una ley de 1849 que entró en vigor después de que el año pasado el Tribunal Supremo federal acabara con la protección constitucional del aborto.
Con el fin del precedente judicial «Roe contra Wade», de 1973, cada estado empezó a proclamar diferentes leyes y en Wisconsin entró en vigor esa ley de 1849 que prohíbe el aborto en casi todos los casos.
Específicamente, la legislación recoge castigos de hasta seis años de prisión para el personal médico que realiza el procedimiento y establece que las personas gestantes solo pueden abortar si corre peligro su vida, pero no en caso de que el embarazo sea el resultado de una violación o de incesto.
El fiscal general del estado, el demócrata Josh Kaul, ha desafiado en las cortes la legalidad de esa ley y es probable que el Tribunal Supremo estatal acabe teniendo la última palabra.
LA BATALLA JUDICIAL MÁS CARA DE LA HISTORIA
Debido a que el resultado de la contienda podría determinar el futuro del aborto en Wisconsin, grupos a favor y en contra de ese derecho han gastado hasta 45 millones de dólares en anuncios televisivos y otro tipo de propaganda, en lo que supone el mayor gasto jamás hecho en la elección de un juez en Estados Unidos.
Protasiewicz ha recibido al apoyo de grupos favorables al aborto como Planned Parenthood, la mayor red de clínicas de servicios reproductivos de Estados Unidos; mientras que Kelly ha sido respaldado por grupos antiabortistas como Susan B. Anthony Pro-Life America.
La campaña de Protasiewicz, una jueza de condado en Milwaukee, se ha centrado desde el principio en la defensa del derecho al aborto y ha buscado caracterizar a Kelly como un extremista.
Pese a todo, Protasiewicz no se ha comprometido a derogar la ley de 1849 que restringe el derecho a la interrupción médica del embarazo, en un intento de proteger su independencia judicial.
Por su parte, Kelly tampoco ha dicho cómo fallaría en ese caso, aunque hace años trabajó para uno de los grupos antiabortistas más importantes del estado, llamado «Wisconsin Right to Life».
CONSECUENCIAS PARA 2024
Aparte del aborto, la contienda podría tener consecuencias para las elecciones presidenciales de 2024 en todo el país.
Wisconsin está considerado un estado bisagra y, en cuatro de las últimas seis elecciones presidenciales, el ganador se decidió por menos de un punto porcentual.
De hecho, tras los comicios de 2020, el entonces presidente y candidato republicano Donald Trump (2017-2021) acudió al Tribunal Supremo de Wisconsin para intentar anular la victoria de su contrincante demócrata, Joe Biden, quien venció por un estrecho margen de 21.000 votos.
En ese momento, el Tribunal Supremo de Wisconsin estuvo cerca de anular la victoria de Biden y solo faltó que un juez más votara a favor de esa medida.
Quien salga elegido en las urnas ocupará un asiento del Tribunal Supremo estatal durante 10 años, empezando en agosto.
Con información de EFE