Un gobierno humanista, de reconciliación nacional y consensos, que llené un espacio centro democrático, que considera hoy «huérfano» en la política venezolana, es la alternativa de cambio que plantea Roberto Enríquez, candidato a la primaria opositora por el partido Copei ODCA.
Siendo uno de los últimos dirigentes políticos de oposición en anunciar su aspiración presidencial, Enríquez propone una visión de liderazgo demócrata cristiano, que una a los venezolanos en valores, moral y cultura en la lucha contra la corrupción y los antivalores que ha sembrado el gobierno chavista.
«El reto que viene es juntar, hacer un gran esfuerzo por unir y construir grandes consensos. Los consensos que propongo son desde la perspectiva de una persona que es cristiana y cree en Dios; que entiende que esa causa de fe no le pertenece ni a un candidato, ni a un partido, ni a un grupo social o económico, pero esa causa de fe -y no estoy hablando de religión, estoy hablando de una perspectiva política de la Venezuela que viene- rechaza la violencia, debe dejar atrás el odio y el ejercicio de la maldad que hemos visto», expresa con simpleza desde las oficinas de su partido.
Con más de 20 años de militancia política, el dirigente conservador, que viene a representar las ambiciones de una tolda política que tiene casi 30 años sin presentar candidatura presidencial propia, habla sin tapujos de temas tan controversiales como la ideología de género, la homofobia, el aborto y la paternidad compartida.
«Aquí hay unos excesos que hay que combatir, claramente y abiertamente. Nosotros combatimos la ideología de género en todo aquello que signifique ultrajar la inocencia de un niño. Eso no tiene nada que ver con la orientación sexual de una persona», aclara.
Roberto Enríquez afirma que la primaria, a celebrarse el próximo 22 de octubre, es una «decisión acertada» de la oposición. «Es construir la unidad en base a lo que decida la gente, y no desde una cúpula, desde un cogollo o desde un escritorio», señala.
Recordando las palabras que les dijo su padre al cumplir la mayoría de edad, el líder copeyanos resalta la importancia de que los venezolanos actúen como adultos y desde la razón en el proceso primario, entendiendo que cada decisión tomada tendrá consecuencias en el futuro.
«Mi pedimento es que actuemos como adultos, que ponderemos mucho, que reflexionemos mucho, que escuchemos mucho y que nos inclinemos por aquella opción que creemos es lo mejor para el país; no solamente para ganar, sino también para llevar a Venezuela a una etapa de unidad y de esplendor nacional«, apunta.
El líder opositor considera que si la oposición logra canalizar el respaldo del 80% de los venezolanos que rechazan al gobierno, de la elección primaria va a «salir el próximo presidente de Venezuela».
«Por eso es tan importante que evaluemos, ponderemos y analicemos bien nuestro voto. El voto de cada quien vale muchísimo y va a ser determinante para el cambio», agrega.
A su juicio, la honestidad, autenticidad y sinceridad de los candidatos, «sin hipocresías ni ambigüedades», es la fórmula que permitirá reconstruir la confianza del pueblo venezolano para que se sume a la primaria.
«Si todos somos auténticos, si hacemos de esto un evento genuino en donde cada quien diga lo que cree; en donde hay una sincronía perfecta entre lo que piensas, lo que dices y lo que haces, la gente se sumará al proceso. La gente aprendió mucho. El venezolano tiene el olfato bien afinado para sentir el tufo de la hipocresía, para sentir el mal aliento de la duplicidad y de la ambigüedad«, asevera.
Roberto Enríquez visualiza una «primaria tan hermosas, concurridas y poderosas, que prácticamente va a ser la carta de despido de Maduro», a quien considera «la fuerza del pueblo» sacará del poder en las elecciones presidenciales de 2024.
«No lo vamos a sacar a balazos (al gobierno), lo vamos a sacar a votazos», subraya.
-Los últimos serán los primeros, ¿no? La verdad es que es una candidatura que nace de una institución, de un partido, que tiene más de 70 años de historia, pero más allá de la tardanza, como tú bien lo dices, obedece a que una organización de nuestra naturaleza, muy democrática, tenía que hacer una consulta muy profunda hacia todos los equipos municipales y regionales, a los compañeros y amigos del partido. Había que debatir mucho el sentido de la candidatura, el contrasentido, la pertinencia o la impertinencia, y todas esas visiones se pusieron cara a cara en un debate bien intenso a lo largo y ancho del país. Y nos llevó a la conclusión de que hay un espacio, el centro democrático, que está huérfano y la democracia cristiana es por antonomasia una expresión de centro, alejada de los extremos y el maniqueísmo. Hoy en día es muy pertinente que la democracia cristiana plantee un proyecto para, no solamente derrotar a Maduro, sino para poder conducir un gobierno de gradualidad, que lo llamamos un gobierno de cambio por etapas, una alternativa política, moral y cultural para el cambio y un gobierno que sea capaz de construir consensos versus un país que viene de mirar cómo se ejerce el poder en base al aplastamiento y a la destrucción del otro. Esa orfandad que hay de un centro político nosotros aspiramos llenarla con nuestro mensaje, como la llenó la democracia cristiana después del nazismo y del fascismo de Europa y después de las dictaduras militares en Centroamérica. La política desde los valores, desde la percepción no solamente de proponer una arquitectura política, una organización social, un modelo económico, sino también desde lo humano, en un momento en donde Venezuela está quebrada no solamente en lo económico, sino también en lo espiritual, presentar nuestra propuesta no creo que sea tardía, más bien queremos que es bien oportuna.
-Es y tiene que serlo. La primaria reivindica a la dirigencia política y, especialmente, a la Plataforma Unitaria. Así como se cuestiona a los políticos, hay que también valorar cuando toman decisiones acertadas. Que sea la gente la que revise, la que pondere, la que evalúe, para mí tiene un gran valor. Jay dos inquietudes que yo tengo con el tema. Una, espero y, por lo menos, es el esfuerzo que con mucha humildad desde Copei vamos a hacer, que la primaria no se convierta en un banal concurso de influencers políticos o de celebridades mediáticas. En ese terreno no compito yo, nosotros vamos a competir en el terreno de las ideas, de las propuestas y del contenido. Lo otro, es un pedimento a que actuemos como adultos, no le estemos echando después las culpas a los demás. Si usted decide ir a las primarias o no, eso va a tener una consecuencia. Hagámonos responsables. Y es por eso que mi petición es que meditemos mucho, que escuchemos mucho y que dejemos que la razón, la serenidad, la reflexión nos incline a quién le vamos a dar nuestra confianza. Para mí esa es la clave. No lo hagamos desde el hígado, desde el riñón, desde la rabia, porque, por lo general, como bien decía mi papá en una tarjeta de cumpleaños, cometemos errores cuando actuamos con el arrebato de la emoción y no bajo el imperio de la razón.
-Yo creo que todo pasa… El gobierno va a conspirar contra el éxito de la primaria. Y hay factores políticos que, yo creo, le hacen el juego al gobierno. La primaria es un gran evento democrático, es la gran oportunidad de unir a ese 80% de los venezolanos que se hartó de Maduro, que se hartó del socialismo, pero obviamente también tienen muchas dudas. Por eso es tan importante que se presenten ante la primaria aquel que quiera hacer una oferta de cambio y el que no lo hace, perdóname, pero mi primera impresión es que le está haciendo el juego al gobierno.
-Claro, pero creo que no lo van a lograr. Si logramos convocar al 80% del país a la primaria, el que salga de ahí va a ser el próximo presidente de Venezuela. Por eso es que creo que es tan importante que evaluemos, ponderemos y analicemos bien nuestro voto. El voto de cada quien vale muchísimo, va a ser determinante para el cambio.
-No hay varita mágica, ni fórmula matemática, exacta. Hay que hablar desde lo que tú eres, desde lo que tú crees y con mucha honestidad al país, sobre cuál es tu cosmovisión de la Venezuela que tú crees que debes liderar. Creo que esa manía obsesiva, casi narcisista, por querer ser simpático a todo el mundo, le ha hecho un daño tremendo a la política. Tú debes decir lo que tú piensas, lo que tú creas. Eso va a tener un costo, pero también va a tener el respeto de quienes sienten que tú le estás hablando con la verdad o con tu verdad.
-La verdad es que hay una gran frustración, porque ha habido muchas ilusiones. Luchar con regímenes de esta naturaleza no es fácil, ha sido muy duro. Lo que no podemos es claudicar, lo que no podemos es rendirnos porque, fíjate, el que se aflige se afloja y el que se afloja lo convierten en un desahuciado, en un muerto en vida. Venezuela no merece ser un pueblo muerto en vida. Es verdad que ha sido muy dura la lucha, pero primero te digo, a quienes han encabezado la lucha, en diferentes etapas, de mi parte va a haber expresiones de respeto y de gratitud. Cuando tú me hablas de «La salida», de María Corina Machado, Leopoldo López y Antonio Ledezma, siempre lo miraré con gratitud y respeto. Cuando tú me hablas de Henrique Capriles en el 2013, siempre hablaré con gratitud y respeto. Cuando tú me hablas de Juan Guaidó y la experiencia del interinato, siempre hablaré con gratitud y respeto. El hecho de que yo esté presentando una opción para encabezar la lucha -que nunca la he encabezado-, no puedo hacerlo destruyendo a quienes pusieron y siguen poniendo la cara y lideraron la lucha. Saber agradecer es la mejor manera de sanarnos espiritualmente para enfrentar unidos a Maduro, que es quien de verdad le ha hecho un gran daño a Venezuela.
-La verdad es que es bien cínico, ¿no? Vamos a resistir hasta el 2024, pero después lo vamos a sacar. Y creo que viene mi visión, es que lo he dicho mucho e insisto aquí, el próximo presidente de Venezuela, si queremos que sea, debe ser un apóstol que reconcilie y una este país. Eso no significa complicidad ni significa impunidad, quien tenga cuenta con la ley que las tenga. Pero repetir desde la oposición, desde el cambio que queremos, las cosas que ha hecho Maduro y el chavismo, sería muy triste para Venezuela. Propongo una causa de fe que rechaza la violencia, que debe dejar atrás el odio, que debe dejar atrás el ejercicio de la maldad que hemos visto tanto, que debe dejar atrás el asalto al derecho a la propiedad, el asalto al derecho a un salario digno, un trabajo justo y el rechazo a la corrupción. Recordar que cada vez que alguien que se roba un centavo está dejando sin comida a un niño, sin oportunidades a un joven, sin medicamentos a un enfermo, esos son valores, el tener como prioridad al niño, al anciano, al enfermo, pero voy por más. Los grandes consensos que propongo también incluye un combate abierto a la ideología de género, en cuanto a lo que significa la agresión a la inocencia, a la dignidad y la integridad de un niño; una lucha por el derecho a la vida, visibilizar lo que está ocurriendo en Venezuela y se silencia con los llamados abortos clandestinos. No nos convertimos en tribunal moral de nadie, pero sí creemos que nadie tiene el derecho a quitarle la vida a nadie, por eso proponemos un sistema de adopción rápido, moderno, seguro y confiable para que esos niños, si los padres no quieren, no pueden o no están en condiciones de educarlo, pueda tener un hogar donde se les dé amor y educación. Si yo llego a ser presidente de Venezuela, vamos a ir muy duro contra la paternidad irresponsable. Aquí el que cree que engendrar un muchacho y dejarlo regado es muy gracioso, créeme que no le va a ir bien en un gobierno de Roberto Enríquez. Y por último, en lo humano, la no discriminación. Tú no puedes discriminar a una persona de ninguna manera. El racismo, el fascismo, la homofobia, la xenofobia son expresiones degradantes de la condición humana. Entonces, cuando yo te estoy hablando de construir grandes consensos, en base a juntar a todos esos venezolanos que queremos en Dios y somos cristianos -e incluso hay gente que sin ser cristiana tiene estos mismos valores-, creo que hay una fuerza sociocultural y espiritual muy poderosa para empujar al país hacia el futuro y a eso es a lo que le estoy apostando.
-No, son cosas absolutamente distintas. Son muchos los homosexuales que están en contra de la ideología de género porque un adulto tiene el derecho a escoger su orientación sexual y tiene el derecho a ser respetado y no discriminado. Eso es una cosa, pero nadie tiene el derecho a abusar de la integridad, de la dignidad y de la inocencia de los niños, a pretender desconocer que un niño es masculino y una niña es femenina. Eso no tiene nada que ver con la orientación sexual de una persona. Son muchas las personas de esa comunidad que tampoco están de acuerdo y tampoco acompañan el exceso de la ideología de género, el abuso de la ideología de género, el atropello que encarna la ideología de género. Son dos cosas muy distintas.
-Estoy absolutamente de acuerdo contigo. La prevención, la educación y, cuando hay un embarazo, la solución no puede ser quitarle la vida a ese bebé que desde que se engendró tiene su propio ADN, tiene su propio pálpito cardíaco; es una vida. Un Estado de inspiración humanista cristiana tiene que ofrecer una solución en función, por eso estamos preparando un sistema, y lo vamos a ofrecer, de adopción eficiente, rápido y seguro, para darle una oportunidad a esos niños, pero que la solución no sea la cicatriz que, incluso, le deja a la mujer el aborto. La sinvergüenzura de muchos y la industria que hay detrás del aborto, yo creo que hay que combatirla y hay que visibilizarlo, porque así como aquí hay problemas de hambre, de desnutrición, también hay problemas muy serios en cuanto a la promoción clandestina del aborto, como también hay problemas muy serios con los temas de ansiedad, de estrés, de depresión. Entonces, el gobierno que nosotros quisiéramos liderar para resolver los problemas políticos, económicos y sociales, debe incluir lo humano. Ese es el tono que ponemos los demócratas cristianos a la Venezuela que viene, o lo que aspiramos poner.
-No, yo creo que un crimen no se puede castigar con otro crimen. El caso de la violación tiene que haber sanciones, que se castigue a los violadores, pero la solución no es el aborto. Creo que la solución es defender la vida.
-Primero, no pongamos a la carreta a jalar el caballo, el caballo es el que jala la carreta. ¿Qué te quiero decir con eso? Este proceso lo dirige la Comisión de Primaria, no el CNE, y se ha generado una confusión como si fuera al revés. La comisión tiene un reglamento y hay una línea muy sagrada, que es el proteger a los electores. Al elector que quiere votar por el próximo presidente de Venezuela, que va a salir de esas primarias, hay que protegerlo. Y hay que proteger la identidad. Tengo mucha confianza en que esas mujeres y hombres que están en la Comisión de Primaria van a preservar la seguridad y la integridad de los electores. Ahora, si piden apoyo técnico al CNE y si el CNE lo da, salvaguardando la identidad de los electores, estoy convencido que no habría ningún problema. Pero dudo mucho que la Comisión de Primaria vaya a presentar a un plan electoral, una ruta, un cronograma y una asistencia técnica en donde se ponga en peligro la identidad de los electores. También rechazo tanto las presiones soterradas, como las presiones públicas, a la Comisión de Primaria. Nosotros tenemos que aprender a respetar las instituciones, porque la Venezuela que viene, tiene que ser precisamente la de reconstruir la institucionalidad. Ellos tienen un reglamento, lo que tienen que hacer es respetar el reglamento y todos darle mucha fuerza a esa primaria. Así que yo sí voy a invitar a la gente a votar, por supuesto, en el marco de respeto a la seguridad de los electores.
-Las primarias del 2012 fueron con el CNE. Los derechos son progresivos, no regresivos. El CNE tiene un deber de honrar y tiene que satisfacer los requerimientos que le haga cualquier actor social que vaya a un concurso electoral. Si no lo hace, yo estoy convencido de que la Comisión de Primaria tendrá su plan B.
-Todavía no, eso está en el cronograma. Jay que garantizar el derecho al voto en el exterior y hay que garantizar que ese derecho al voto sea confiable, transparente y seguro. Nuestros compatriotas, nuestras familias que están en el exterior tienen derecho a inscribirse y a votar igual que lo hacemos en Venezuela.
-No hay garantía. La única garantía que yo veo es una aluvión popular enorme, un pueblo empoderado u convencido de que a ese candidato que escojamos hay que defenderlo porque nosotros no vamos a inhabilitar a nadie. Esas son estratagemas absolutamente violatorias de derechos humanos, de las más elementales garantías políticas. Sabemos los que están inhabilitados hoy, pero no quién puede estar inhabilitado mañana porque aquí estamos en la ley de la selva. Deshonesto sería no decirlo (las inhabilitaciones) y todo el país lo sabe, pero también sería deshonesto no permitirles participar (a los inhabilitados). Nosotros no podemos inhabilitar a nadie. La lucha es porque todos recuperen su derecho político, tanto el pueblo como los dirigentes.
-Visualizo una primaria tan hermosa, tan concurrida y tan poderosa, que prácticamente será la carta de despido de Maduro. El 21 de octubre, el pueblo venezolano le va a mandar su carta su preaviso a Nicolás Maduro. El gobierno va intentar impedir este evento, estoy convencido de que va a echar lavativa porque no juegan limpio. Yo no soy un genio en matemáticas, pero 80 es más que 20. Si ese 80% de los venezolanos nos metemos en el mismo río, ese río va a ser imparable. El gobierno que se olvide y revise todos los lugares del mundo donde han pasado cosas parecidas, y terminan recogiendo sus maletas y yéndose. Lo que hay es que actuar con mucha seriedad, con mucho aplomo, con mucho sentido unitario y con mucha convicción.
-Buscando a la gente que sabe. Lo primero que se puede resolver en Venezuela es lo económico. Lo demás va a tardar, va a ser gradual, progresivo. Decirla al país que la recomposición institucional va a ser rápido es demagogia, pero lo económico sí se puede resolver rápido. En Venezuela tenemos un problema, aquí tenemos muy buenos economistas y tenemos muy buenos empresarios, pero no tenemos liderazgo económico. Y lo que hice fue buscar economistas con experiencia probada, no habladores ni teóricos, que hayan demostrado que han podido salvar economías y traerlos para acá. Me busqué al señor Steve Hankey, le pedí que nos asesorara. El diseñó el modelo de las juntas monetarias, que salvó la economía de un montón de países en Asia y en Europa, y ese es el modelo, si logro convencer a los venezolanos, que pienso traer para el país. ¿De qué trata? Muy sencillo, hay que cerrar el Banco Central. El BCV es un tumor maligno para la economía venezolana, es un cáncer que ha llenado de corrupción, de inflación, de devaluación la economía venezolana y que empobrece a todo el país clavándole el impuesto más duro, que es la tasa de cambio. Al cerrar el Banco Central, crear la junta monetaria y comienza a sanear la moneda. Si tú no tienes una moneda sana, confiable, estable, creíble y de libre convertibilidad, la economía nunca va a funcionar. Entre tres y seis meses, podemos lograr estabilizar la economía, acabar con la inflación, tener una moneda sana, traer inversiones al país y llevar el salario a 500 dólares. No estoy hablando de una quimera, estoy hablando de un tipo que resolvió las crisis económica de Serbia, de Bosnia, de Montenegro, después de la guerra. Nosotros fuimos a hablar con ese señor, ese señor nos preparó el programa económico, y es el programa económico que vamos a aplicar en Venezuela. Esto pasa por no imprimir dinero de mentira, por las manos de los políticos de la política monetaria; que esa política monetaria tenga una disciplina férrea, que la moneda sea fuerte, eso va por fortalecer el poder adquisitivo y eso va a lograr una cosa fantástica, que es que así como se fueron los venezolanos, los venezolanos regresen. Así como se fueron los venezolanos, también se fue el dinero. Hay 400 mil millones de dólares de venezolanos que están fuera, ese dinero va a venir porque va a haber una moneda sana, va a haber confianza. No necesitamos pedirle fiado a nadie. Y eso te va a traer una regla de tres, que es, mientras más dinero viene, porque hay una moneda sana, el salario aumenta porque hay demanda de trabajo. Y viene un ciclo económico de prosperidad, de bienestar, de crecimiento económico y de promoción social que va a generar felicidad, que va a generar riqueza, que va a generar crecimiento personal de la gente, a fortalecer el poder adquisitivo. Para llegar a un salario de 500 dólares, no es hablando paja, es con una política económica exitosa, probada en el mundo y nosotros estamos presentando el plan de un economista exitoso como Steve Hanke.
-Por cada 100.000 millones de dólares que logremos que entre a Venezuela, la regla de 3 te indica que el salario va a ir subiendo 100 dólares. Entre 6 meses y un año, el salario, el poder adquisitivo se debería recuperar. Pero primero hay que matar la inflación y para matar la inflación hay que sacar a los políticos de la impresión de nuestro dinero. La tentación, el poder de un político o de un gobernante de imprimir dinero hay que quitárselo. Por eso hay que cerrar el Banco Central.
-La industria petrolera hay que reconstruirla. Tenemos que dejar de ser un país petrocéntrico, es decir, que todo gira en torno al petróleo, pero no podemos perder de vista que el petróleo es la principal locomotora de la economía venezolana. Así como nombré a Steve Hanke de asesor para el plan económico, te aseguro que si yo soy presidente de la República, la primera llamada que voy a hacer va a ser a Humberto Calderón Berti pedirle que nos oriente en materia petrolera y ojalá todos los candidatos hicieran lo mismo que yo, que llamen a un hombre como Humberto Calderón Berti. No solamente es una reserva moral, sino es, quizás, la voz más calificada, y no solamente en Venezuela, sino una de las voces más calificadas en materia petrolera. Mi visión es parecida a la noruega, creo que hay que empezar a aprender a tener asociaciones estratégicas, pero ahorrar el petróleo, ahorrar el excedente cuando las vacas estén gordas. No estoy de acuerdo con la privatización absoluta, tampoco estoy de acuerdo con la nacionalización absoluta. Creo que, por eso que soy un político de centro, creo en que el petróleo es la gran locomotora de la economía, la primera, pero no podemos ser un país petrocéntrico. Es decir, que toda la economía y toda Venezuela gire en torno al petróleo. Yo invito a que miremos la experiencia noruega y a que ahorremos.
-Humildad, ser auténtico, no creer que se las sabe todas y aprender, aprender de las experiencias fracasadas y buscar aprender de experiencias exitosas. No tener complejos, no hay nada peor que una persona llena de complejos. Si hay experiencias exitosas en otros lugares del mundo hay que irlas a buscar. Si hay gente exitosa en otros espacios distintos a ti, a tu partido, a tu entorno, hay que irlos a buscar. Pero también hay que aprender de las experiencias fracasadas. El chavismo es una experiencia fracasada. Los últimos años de la democracia civil, los años 80 – 90, fueron una experiencia fracasada. Hay que aprender de eso, no desde el rencor, sino desde el decir no voy para allá más nunca. Hay que reconstruir la columna vertebral de los valores de la bondad, de la venezolanidad, del respeto al prójimo, del trabajo, del estudio, del esfuerzo, de la humildad, de la justicia, de la libertad y dejar atrás los antivalores del odio, de la maldad, del enchufamiento y del creer que es chévere hacerte rico a costa de empobrecer a los demás. Esos antivalores que nos sembró el socialismo hay que dejarlos atrás, hay que sembrar valores. Creo que aunque la política está degradada la respuesta no es renunciar a ella, es rescatar la política desde la humildad, desde el ejemplo y desde la valentía.
-El problema militar no es ese. Quien aspire a ser jefe de Estado va a ser comandante en jefe de la Fuerza Armada. Esta no es la misma Fuerza Armada de hace 30 ni 40 años. Esta es una Fuerza Armada en donde, si el país decide que yo sea presidente, lo primero voy a hacer será establecer una relación de diálogo y de respeto con la Fuerza Armada; rescatar los valores del profesionalismo, de la antigüedad, de la disciplina, rescatar el apresto operacional de la Fuerza Armada y reforzar, fortalecer su rol como garantes de la paz, como garantes de la soberanía y de la integridad territorial. Yo no tengo una visión cuartelaría de la Fuerza Armada, creo que una Fuerza Armada moderna puede aportar en muchas áreas de la sociedad, en la ciencia, en las artes, pero desde el mundo militar. Estoy convencido que los militares tampoco se quieren ver manejando azucareras, manejando empresas petroleras, eso ha sometido al escarnio público a la Fuerza Armada, sacándola de su ámbito. Si llego a ser comandante en jefe de la Fuerza Armada, que lo sepan los militares, mi relación con ellos va a ser de mucho respeto y de mucho diálogo para recomponer el rol fundamental que tiene la Fuerza Armada, dentro de la Constitución y para el desarrollo del país..
-Es que no lo vamos a sacar a balazos, lo vamos a sacar a votazos. Le vamos a pasar por encima con un montón de votos y, créeme, de eso no se van a poder escapar. Ellos son muy violentos, ese es un lenguaje muy violento, muy tóxico, vamos a cambiar eso. Es a voto, es con la fuerza del pueblo que lo vamos a sacar.
Un dirigente no puede tratar al país, y mucho menos a los electores, como si fueran adolescentes o como si fueran niños. El elector es un adulto. Y lo único que yo me atrevo a decir es que analicen, comparen, revisen, escuchen. La campaña es la gran oportunidad para no solamente saber, no es nada más qué promete, sino qué características, cuál es la visión y la cosmovisión que tiene del país cada candidato. Lo que les puedo decir es que nos tomemos en serio el reto de la primaria para unir fuerzas, sacar a Maduro y meter a Venezuela en una era esplendorosa de crecimiento económico, promoción social y unidad nacional.
Con información de El Nacional