El precio del gas natural TTF en el mercado holandés acumula una subida en lo que va de junio del 33 % y continúa próximo a los 35 euros por megavatio hora (MWh) presionado por la indisponibilidad de algunas infraestructuras en Noruega y el cierre de una explotación en Holanda.
Según los datos del mercado consultados por EFE, la materia prima ha cerrado hoy en 34,16 euros el MWh, el 9,6 % menos que el miércoles y rompe una racha de tres días consecutivos al alza.
Pese al descenso, acumula un alza esta semana del 4,5 % (el pasado viernes cerró en 32,7 euros el MWh) y del 33,7 % en lo que va del mes de junio.
En los últimos meses, el precio del gas natural ha caído con fuerza a medida que llegaba el buen tiempo y después de un invierno que se ha caracterizado por unas temperaturas más altas de lo normal y un nivel de reservas muy alto en Europa.
Desde finales de marzo y hasta la segunda semana de junio su precio ha descendido de forma constante (ha caído nueve semanas consecutivas) y ha estado casi 15 días consecutivos por debajo de los 30 euros.
Sin embargo, en los primeros días de junio empezó a subir con fuerza de nuevo debido al temor en el mercado a una escasez de suministro, que se suma al desplome del consumo de gas ruso desde la invasión de Ucrania.
El director de inversiones financieras de la Mutualidad de la Abogacía, Pedro Del Pozo, ha explicado a EFE que detrás del reciente incremento de los precios están el cierre definitivo del mayor yacimiento de gas de Europa, situado en Groningen (Holanda) y los problemas en Noruega para la puesta en marcha de varias plantas de procesamiento de gas licuado, cuya apertura se ha demorado de junio a julio.
Con esto último coincide el jefe del centro de estudios del banco Julius Baer, Nobert Rücker, ya que «los cortes del suministro noruego, algunos imprevistos y otros prolongados ayer, parecen reavivar los temores» a una escasez de demanda.
Sin embargo, Rücker ha asegurado que incluso con los cortes temporales de Noruega, el aprovisionamiento en Europa está en una situación cómoda y Del Pozo concluye que, pese a las tensiones del gas actuales, es «muy poco probable» que se de una situación parecida a 2022, cuando la materia prima marcó máximos históricos durante el mes de agosto.
Actualmente las instalaciones están funcionando a pleno rendimiento para llenar las reservas de cara al invierno al igual que ocurrió el año pasado para prevenir eventuales cortes de suministro por el conflicto con Rusia, lo que impide una relajación de la demanda de gas, explica Del Pozo.
«Europa aún recibe 27 billones de metros cúbicos de gas de Rusia, lo que implica un notable foco de inestabilidad e incertidumbre con respecto a la evolución del precio de esta fuente de energía a corto plazo», añade.
Por otro lado, ha habido «una cierta vuelta al gas desde otras fuentes alternativas de energía» por su menor coste comparado con los últimos meses, en los que la materia prima ha bajado con fuerza (en lo que va de año, el gas ha caído casi el 50 %).
Con todo, Rücker descarta problemas de suministro a la vista de la menor demanda de gas por parte de la industria causada por la desaceleración económica y el creciente uso de energías renovables que disminuyen su uso para producción de electricidad.
Además, recuerda, Japón y Corea del Sur vuelven a apostar por la energía nuclear, mientras China está utilizando más carbón.
«No deberíamos preocuparnos mucho por la energía en Europa», concluye Rücker.
Con información de Banca y Negocios