Iniciarán investigación por tala de árboles en Mérida
“En Mérida la naturaleza no es solamente una postal o un cuadro bonito para los turistas, es nuestro hogar y como tal debemos tratarlo y sobre todo defenderlo”, así lo afirmó el vicepresidente de la Comisión de Ambiente y Ordenamiento Territorial del Consejo Legislativo del estado bolivariano de Mérida y vocero de la bancada de la Unidad Democrática en el cuerpo colegiado, Alexis José Paparoni.
La puntualización de Paparoni tiene que ver en primer lugar con la tala de los árboles que se encontraban ubicados en la zona norte de la Plaza Antonio José De Sucre, en la Parroquia Milla del municipio Libertador, frente a la Escuela Básica Vicente Dávila, donde se están realizando unos trabajos que pusieron fin al paisaje que estas especies brindaban, por ello, y ante lo poco claro de las informaciones que se manejan, el legislador sugirió el inicio de una investigación por parte de la comisión de la que forma parte.
Llamó la atención de los legisladores regionales, sobre el grave daño que se causa al entorno cuando se ejecutan trabajos con falta de procedimientos técnicos y carentes de estudios de impacto ambiental, lo que va en contra de las políticas de cuidado de la naturaleza y “contribuyen al calentamiento global de nuestro planeta”.
También se refirió a la tala y quema “indiscriminada” que se viene perpetrando en el municipio Alberto Adriani, en el Barrio El Carmen, en la urbanización Camino Real y en el sector La Motosa, donde a petición de los vecinos afectados, realizó una visita de inspección para verificar que allí se queman especies arbóreas, incluso material de asbesto y tejas de petróleo, lo que ya causó la afectación de las vías aéreas de una menor, la cual tuvo que ser trasladada a un centro de salud para tratar su padecimiento respiratorio.
Finalmente, reflexionó sobre la afectación del medio ambiente por estas acciones que catalogó de criminales, y evocó con nostalgia que en la ciudad ya se ha llegado a un punto de dejar atrás el concepto de nieves eternas, como se conocía Mérida, ya que desde 1992 los glaciares han disminuido considerablemente, lo que se ha convertido en una realidad que se debe abordar mucho más allá del discurso, porque para cuidar el ambiente, “necesarios somos todos”, dijo.
Nota de prensa / DCN