El Ministerio chino de Exteriores consideró hoy que el informe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) que confirmó niveles seguros de tritio en el área del océano Pacífico donde se está vertiendo el agua tratada de Fukushima «careció de supervisión independiente».
La portavoz de la cartera Mao Ning aseguró en una rueda de prensa que los resultados del informe, el primer análisis de isótopos radiactivos realizado por el OIEA en la zona después de que comenzase el vertido, «no contó con la autorización de la Junta de Gobernadores» del organismo.
«Los niveles de tritio están por debajo del límite operacional de Japón», indicó el OIEA, que detalló que las muestras fueron recogidas por los miembros de la sucursal que el organismo ha instalado cerca de la accidentada central nuclear nipona en distintos puntos en un radio de tres kilómetros del lugar de descarga, tanto en el mar como en la costa.
Mao instó a «establecer un acuerdo de supervisión internacional» que «permita a los países vecinos participar plenamente en el proceso».
La empresa propietaria de la accidentada central nuclear de Fukushima empezó el pasado 24 de agosto a verter el agua tratada de la planta, compuesta por el agua utilizada para enfriar los reactores dañados y su combustible fundido, así como filtraciones de agua de lluvia en las instalaciones que fue contaminada y depurada para eliminar los elementos radiactivos peligrosos.
Países vecinos como China y Corea del Sur han mostrado una férrea oposición al vertido por motivos de seguridad desde que se conociera el plan, pese a que ha recibido el visto bueno del OIEA, que dice que se ajusta a las medidas de seguridad internacionales y que su impacto a nivel humano y medioambiental será en principio inocuo.
Pekín contraatacó vetando las importaciones de todos los productos marítimos japoneses, decisión que Tokio protestó ante la Organización Mundial del Comercio.
Con información de EFE