El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, confirmó este viernes que a fines de este mes será operado por un problema en la cabeza del fémur que, según dijo, «duele por la mañana, por la tarde, duele parado y duele sentado».
La operación del mandatario, de 77 años, está prevista desde hace meses, pero este viernes dijo que ahora necesita «parar» y «cuidar de la salud», por lo que ha decidido que será a fines de este mismo mes, después de que regrese de Nueva York, donde asistirá a la Asamblea General de las Naciones Unidas.
«Tengo ese problema desde el año pasado» y «ya es hora» de darle atención, declaró durante una visita a una obra para la construcción de un canal que abastecerá de agua a 54 municipios de los estados de Paraíba, Ceará y Río Grande do Norte, en el noreste del país.
Antes de ser operado, Lula mantendrá la frenética agenda externa que se ha impuesto desde que regresó al poder, el 1 de enero pasado, que ya le ha llevado a casi veinte países.
El próximo 7 de septiembre tiene previsto viajar hacia la India para asistir a la cumbre del G20, que reúne a las mayores economías del mundo y cuya presidencia será ejercida por Brasil durante 2024.
Tras ese viaje, partirá hacia Cuba para participar los días 15 y 16 en una reunión del Grupo de los 77 (G77) y de allí seguirá rumbo a Nueva York, para la Asamblea General de la ONU, que se celebrará entre los días 19 y 23.
Según dijo este mismo viernes, el día 26 de septiembre recibirá a autoridades de Vietnam en Brasilia y luego hará una «pausa» para someterse a la operación en el fémur.
Los médicos que le atienden ya han anticipado que se trata de una cirugía que no ofrece riesgos ni complicaciones y que el proceso de recuperación demandará «solo unos días», en los que incluso podrá despachar desde su residencia.
Con información de EFE