Un total de 636 sucursales bancarias habrán cerrado en el Reino Unido a finales de este año, más de una de cada ocho, según un análisis publicado este martes por el «Financial Times» que refleja la creciente reducción de la infraestructura para acceder a dinero en efectivo.
De acuerdo con el periódico, que examinó los datos proporcionados por la empresa proveedora de cajeros automáticos Link, 424 oficinas han sido clausuradas ya en 2023 y se prevé que 42 lo sean en 2024.
Desde 2015, el Reino Unido ha perdido tres quintas partes de su red de sucursales bancarias, una tendencia que persiste a pesar de que en agosto el Gobierno instó a los bancos a garantizar a sus clientes el acceso a dinero en efectivo en un radio de menos de 5 kilómetros.
El subdirector de la revista sobre derechos del consumidor «Which? Money», Sam Richardson, ha declarado al diario que el cierre de una oficina no significa solo «que haya un lugar menos para retirar o ingresar dinero a nivel local».
También «dificulta el acceso cara a cara y en persona a los servicios bancarios», algo especialmente importante «para los clientes en situación vulnerable».
«Which?» calcula que, después de los cierres previstos para este año, quedarán poco más de 4.000 sucursales bancarias en todo el Reino Unido, habiendo cerrado 5.600 desde enero de 2015, según sus datos.
Los bancos británicos empezaron hace décadas a reducir oficinas para ahorrar gastos, pero esto se ha acelerado con la proliferación de alternativas digitales y tras la pandemia de coronavirus.
Con información de Banca y Negocios