Con una elección presidencial en puerta, la oposición venezolana se enfrenta a un enemigo que podría ser incluso peor que el oficialismo: la fragmentación de la unidad. Los errores cometidos en los últimos años no solo han dejado en evidencia la división entre las fuerzas que difieren del gobierno chavista, también han causado una gran cicatriz en la población. Para sanar esa herida, aún latente en la ciudadanía, incentivar y guiar al pueblo a un verdadero cambio político en 2024, la dirigencia opositora debe crear una maquinaria electoral eficiente, que solo puede lograrse a través de una propuesta atractiva, de una unidad efectiva y renovación de los partidos políticos.
Para el politólogo Fernando Spiritto la creación de una maquinaria electoral poderosa debe ser uno de los principales objetivos que debe plantearse la oposición venezolana si quiere tener una oportunidad real de ganar las elecciones presidenciales de 2024.
“Una maquinaria electoral poderosa compensa el tema de las condiciones electorales que, a mi parecer, no van a mejorar de aquí al año que viene. Una manera de cuidar esos votos es que haya una maquinaria efectiva, con alcance regional, con recursos, en la que se invierta toda la capacidad organizativa de los partidos”, señaló en una entrevista para El Nacional.
Si se quiere alcanzar esta meta, la dirigencia opositora debe primero plantearse un reto que, de momento, parece difícil de alcanzar: la unidad.
“El pueblo opositor necesita incentivos para movilizarse y votar, es decir, el pueblo es muy racional y no se va a movilizar si no ve posibilidades de triunfo. El incentivo más importante, entonces, es la expectativa de ganar las elecciones en 2024. Que se vea que hay una verdadera posibilidad de victoria. Para esto es necesaria la unidad, o al menos la apariencia de que los líderes opositores están unidos por un mismo propósito”, indicó Spiritto.
En la actualidad, cuando la oposición venezolana parece más fragmentada y plagada de desconfianza que nunca, las elecciones primarias podrían ser no solo la mejor, si no posiblemente la única opción, para lograr esa tan ansiada unidad. El gobierno es consciente de ello.
La amenaza de que el proceso no se lleve a cabo el próximo 22 de octubre se mantiene latente. El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) avanza un recurso judicial que busca suspender la primaria y en la Asamblea Nacional de mayoría oficialista arrancó una investigación para conocer el origen de los fondos, que Diosdado Cabello ha sugerido podrían provenir de USAID.
En las últimas semanas también se han incrementado las críticas y cuestionamientos a la gestión de la Comisión Nacional de Primaria. María Carolina Uzcátegui, quién renunció hace semanas a su cargo como vicepresidenta de la comisión, ha dicho que las elecciones opositoras deben postergarse hasta que se cuente con los recursos necesarios para garantizar que el proceso se lleve a cabo de manera transparente.
En una reciente entrevista a Unión Radio, Uzcátegui dijo que desde la propia Comisión Nacional Primaria no creen que el proceso finalmente se materialice. Esto obligaría a la oposición a buscar otras opciones para elegir a un candidato unitario de cara a las presidenciales.
Un candidato exitoso en las primarias tendría un gran capital político y la legitimidad para pedir el apoyo de los demás. Además, ayudaría a crear una imagen con la que el pueblo se identifique y consolidar el proyecto país que debe ser creado en consenso y en pro de solucionar los problemas más graves que afectan a todos los venezolanos.
Spiritto señaló que, si bien los liderazgos fuertes son necesarios para coordinar a la oposición, para crear una imagen de unidad y para movilizar a la gente, actualmente no parece una meta fácil de alcanzar. “Por eso la unidad puede sustituir a los liderazgos. El mejor candidato es la unidad”, manifestó.
Si el oficialismo evalúa en las próximas semanas que las primarias son una amenaza real para su posible victoria en 2024, es posible que use todos sus recursos disponibles para poner fin al proceso y así incentivar al colapso interno de la frágil oposición venezolana.
La dirigencia opositora también se enfrenta a una polarización tremenda dentro de los partidos políticos, lo que hace aún más difícil la posibilidad de materializar la unidad a través del consenso, en caso de que las primarias se vean afectadas.
Una reciente encuesta de ORC Consultores reveló que sólo 45% de los ciudadanos tiene una alta disposición a participar en la elección presidencial. Un porcentaje bajo tratándose de los comicios más importantes para el futuro de cualquier país y que se contrapone con el otro dato de que 78% de la población considera necesario un cambio político.
Ante la presencia de lo que expertos llaman fenómeno de despolitización, la oposición venezolana necesita crear estrategias para incentivar y motivar, no solo a la población que se define como opositora, sino también al chavismo disidente que desde hace años se ha mantenido en un limbo político ante la ausencia de un líder que ofrezca una propuesta atractiva.
Para captar nuevamente a los ciudadanos, Spiritto indicó que los partidos políticos necesitan renovarse, tanto a nivel de líderes como de propuestas al país.
“Se necesitan nuevas caras, en el marco de partidos renovados. Bien sean nuevos o ya establecidos, pero los partidos deben renovarse. Tienen que estar dispuestos a renovar a su dirigencia, a sus líderes, hacer un esfuerzo intelectual por proponer cosas concretas para el futuro del país”, aseguró el politólogo.
Con respecto a los partidos políticos con mayor aceptación, una encuesta de la consultora Delphos, junto a la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), destacó a Vente Venezuela con 30%. La MUD solo obtuvo 19%, Primero Justicia 18,9% y el PSUV 17,4%. Muy atrás se ubicaron los más tradicionales como Acción Democrática, Copei, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular.
Para los venezolanos, la mayoría de los partidos políticos tradicionales están manchados por errores y escándalos que han dejado entredicho a una dirigencia que se supone utiliza la corrupción del gobierno oficialista como bandera de lucha. Además, la frustración ocasionada por propuestas fallidas y poco conectadas a las necesidades reales de los ciudadanos también han pasado factura.
De allí, destacó Spiritto, la necesidad de que los partidos construyan nuevas propuestas que sean verdaderamente atractivas y que, al mismo tiempo, sean posibles de cumplir en determinados periodos de tiempo.
“Eso implica propuestas muy claras para el país, con alcance regional. Hay que entender que los partidos son correas de transmisión entre el gobierno y el pueblo, por lo que tienen que estar bien aceitadas. Actualmente esto no se cumple, no están cumpliendo con las expectativas del pueblo. Creo que el interinato del señor Juan Guaidó es una clara muestra: no cumplió las expectativas y profundizó las frustraciones”, agregó.
Sin embargo, los partidos políticos no la han tenido fácil en los últimos años. Las restricciones al espacio cívico y la violación a los derechos políticos por parte del gobierno chavista a toda la dirigencia opositora ha sido la principal piedra en el camino para que la oposición venezolana pueda materializar sus propuestas.
En la actualidad, al menos 281 venezolanos están presos por razones políticas, de acuerdo con cifras de la ONG Foro Penal. Además, se han registrado 15.804 detenciones políticas en Venezuela desde 2014. A esto se le suma los cientos de líderes opositores que han tenido que abandonar el país ante el asedio y la persecución de organismos de seguridad del Estado.
El gobierno también usa los poderes públicos como principal recurso para quitar de en medio a cualquiera que pueda representar una amenaza a sus intereses. Una prueba de ello son las inhabilitaciones que pesan sobre tres de los 13 candidatos a las primarias: María Corina Machado, Henrique Capriles y Freddy Superlano.
Machado, conocida por su fuerte discurso, lidera las encuestas con la mayor intención de voto para las primarias; Capriles ocupa el segundo lugar en las proyecciones y fue en su momento uno de los líderes opositores más importantes del país, que se enfrentó en la carrera presidencial tanto a Hugo Chávez y Nicolás Maduro; mientras que Superlano, que obtuvo una victoria arrasadora a la gobernación de Barinas, una entidad históricamente chavista, fue inhabilitado irregularmente tras dichos comicios.
El panorama para la oposición es complicado. Mientras que sortea los retos internos de la dirigencia, debe también luchar contra un gobierno que es capaz de usar todos los recursos a su disposición para frenar un posible avance en las presidenciales.
“Si se alinean todas las condiciones necesarias: primarias exitosas, que la gente participe masivamente, un candidato con suficiente legitimidad (muy complicado actualmente por el tema de las inhabilitaciones) y una maquinaria electoral que cuide los votos. Si eso se da, es posible el cambio en 2024. Todo esto compensa las pésimas condiciones electorales que tenemos en este momento, con un gobierno autoritario”, destacó Spiritto.
El experto destacó que aunque son condiciones muy difíciles de cumplir, “la política es azar y te da sorpresas. Todo es posible”.
Con información de El Nacional