La ONU avisó este sábado de que la retirada de su misión en Mali, solicitada por las autoridades del país africano y prevista para finales de año, peligra por los constantes ataques armados en el norte del territorio.
«La cada vez mayor presencia armada en el norte de Mali (…) pone en peligro el tránsito del personal de Naciones Unidas y los activos que pertenecen a los países que han contribuido con tropas», dijo la organización en un mensaje a los medios.
La ONU detalló además que, desde el 24 de septiembre, no se le ha permitido a sus convoyes salir de la región norteña de Gao para recoger material que se encuentra en poblaciones como Aguelhoc, Tessalit, y Kidal, lo que podría «afectar negativamente a la capacidad de la misión para adherirse al calendario estipulado».
Si finalmente la misión se ve obligada a abandonar el país sin recuperar estos equipos, añadió, esto tendría un impacto financiero considerable sobre los países que han contribuido, entre los que se encuentran Bangladesh, Senegal o Burkina Faso, entre otros, y sobre las capacidades de la ONU para apoyar otras misiones de paz.
Mali, gobernado por una junta militar tras dos golpes de Estado en 2020 y 2021, está sumergido en una grave crisis de seguridad debido a la expansión de los grupos terroristas y la reanudación de las hostilidades entre el Gobierno central y los secesionistas norteños de la región del Azawad.
Los independentistas retomaron recientemente los ataques contra las fuerzas malienses tras ocho años de tregua y después de la retirada de la misión de la ONU en Mali (Minusma), que era el único mecanismo que vigilaba el alto el fuego en el norte del país.
El gobierno de Mali quería una evacuación acelerada de todos los bienes de la Minusma en solo tres meses, y accedió a un plazo de seis acordado con la ONU, pero en la sede central de Nueva York se considera que ese plazo es poco realista y la operación tardará al menos un año en completarse.
Con información de EFE