La Laguna Azul de Islandia es uno de los principales atractivos del país, donde los turistas acuden para disfrutar de sus aguas azul lechoso, de un calor reconfortante.
Pero la mundialmente famosa piscina geotérmica de la Laguna Azul cerrará durante una semana debido a la actual actividad sísmica en sus alrededores.
El lugar forma parte de la península de Reykjanes, al suroeste de Islandia, una gruesa lengua de territorio que se adentra en el Atlántico Norte desde la capital, Reikiavik. Además de la Laguna Azul, la península alberga el principal aeropuerto de Islandia, el aeropuerto internacional de Keflavik.
Islandia es una de las zonas volcánicas más activas del planeta. En lugar de tener un volcán central, la península de Reykjanes está dominada por un valle de fisuras, con campos y conos de lava.
Según la Oficina Meteorológica de Islandia, se registraron unos 1.400 terremotos en las 24 horas previas al mediodía del jueves 9 de noviembre, y otros 800 en las primeras 14 horas del viernes. Siete de los sismos del jueves fueron de magnitud 4 o superior, y todos ellos se produjeron en la península, entre Eldvörp, cerca del aeropuerto, y Sýlingarfell, una montaña al este de la Laguna Azul.
El sismo más grave registró una intensidad de 4,8 al oeste de Þorbjörn, una montaña situada a un kilómetro y medio al sur de la Laguna Azul, poco antes de la 1 de la madrugada de este jueves.
«Es el mayor terremoto desde que comenzó la actividad el 25 de octubre», escribió la Oficina Meteorológica en un boletín este jueves.
«Mientras continúe la acumulación de magma, cabe esperar actividad sísmica en la península de Reikiavik, ya que la intrusión de magma provoca un aumento de la tensión en la zona».
Los sismos pueden sentirse desde lugares tan lejanos como Reikiavik, según declaró a CNN un portavoz de la oficina de turismo local.
En las 24 horas anteriores se registraron 1.200 sismos, la mayoría en la misma zona y a la misma profundidad: unos cinco kilómetros por debajo del nivel del suelo. «Es probable que la actividad sísmica continúe, y sea episódica en intensidad, mientras continúe la acumulación de magma», escribió el 8 de noviembre, añadiendo que «el levantamiento continúa en la zona».
La zona seguía activa este viernes, con unos 800 sismos medidos desde la medianoche, según un boletín de las 14:00 hora local de la Oficina Meteorológica de Islandia. Un «denso enjambre» de sismos comenzó a las 7 de la mañana y culminó con un temblor de magnitud 4,1 cerca de Sýlingarfell poco antes de las 2 de la tarde.
Sin embargo, también se esforzó en señalar que la erupción no es necesariamente inminente. «El hecho de que ahora se produzcan terremotos de mayor magnitud que antes en la zona no significa necesariamente que haya aumentado el ritmo de acumulación de magma», decía el boletín de la Oficina Meteorológica del jueves.
El boletín del viernes advertía que «cabe esperar» terremotos de hasta 5,5 grados de magnitud a medida que continúe la acumulación de magma bajo tierra. Sin embargo, señalaron: «En este momento, no hay indicios de que el magma esté forzando su salida a la superficie».
La península de Reykjanes recibió el código amarillo, uno por encima del verde del resto del país, por riesgo de erupción.
Según un comunicado de Visit Reykjanes, la oficina de turismo local, la actividad actual es similar a la que precedió a la erupción de Fagradalsfjall el año pasado, a unos 13,5 km al suroeste de la Laguna Azul. Fagradalsfjall ha entrado en erupción todos los años desde 2021. La última erupción ocurrió del 10 de julio al 8 de agosto de 2023. Cuando se reabrieron las rutas de senderismo en agosto, se advirtió a los visitantes que no caminaran sobre la lava aún «humeante y caliente».
«No hay forma de predecir con exactitud si, dónde o cuándo podría producirse una erupción volcánica, ni su posible magnitud», declaró a CNN Þuríður Aradóttir Braun, director de Visit Reykjanes.
«Este curso continuo de los acontecimientos es muy similar a los momentos previos de las tres erupciones anteriores en la península de Reykjanes en 2021, 2022 y 2023, pero también podría desvanecerse de forma similar a los acontecimientos que tuvimos en 2020».
«Por un lado, estamos siendo testigos de un increíble evento natural en tiempo real que podría ocurrir solo una vez en la vida. Por otro, es un gran acontecimiento de la naturaleza que no podemos controlar. Tenemos que respetarlo y darle espacio. La actividad volcánica es un hecho en Islandia, y los islandeses han aprendido a vivir con sus inconvenientes y sus considerables ventajas, como la energía geotérmica».
«Tenemos un excelente equipo a nuestro alrededor, que vigila e informa en todo momento».
Destacó que los sismos se producen en una «parte relativamente aislada de Islandia», pero dijo que los visitantes de la península «podrían tener que ajustar su itinerario diario».
Si se produce una erupción, se enviarán avisos a cualquier teléfono celular de la zona, incluidos los extranjeros.
La piscina, el spa, los hoteles y los restaurantes de la Laguna Azul cerraron el 9 de noviembre y está previsto que vuelvan a abrir a las 7 de la mañana del 16 de noviembre, según un comunicado en la página web, que continúa: «La razón principal para tomar estas medidas de precaución es nuestro compromiso inquebrantable con la seguridad y el bienestar».
Un portavoz del sitio dijo a CNN: «Aunque las autoridades de Islandia no han elevado el nivel de incertidumbre durante este periodo sísmico, la razón principal para tomar estas medidas de precaución es nuestro compromiso inquebrantable de priorizar la seguridad y el bienestar de nuestros huéspedes y personal».
A todos los visitantes con reservas recibirán un reembolso íntegro. Los huéspedes con reservas hasta el 15 de noviembre ya fueron contactados, confirmaron.
Otros operadores turísticos cercanos al monte Þorbjörn también suspendieron sus actividades al menos hasta el 16 de noviembre, según la oficina de turismo local. Se ha cerrado una carretera y se ha interrumpido el acceso al geositio de Elvörp.
Los cierres se reevaluarán el 16 de noviembre, según un comunicado de la oficina de turismo.
Según la BBC, un representante de la Agencia de Protección Civil de Islandia fue enviado a Grindavik, la ciudad a 3,2 kilómetros al sur de la Laguna Azul, para «preparar una posible evacuación de la ciudad» en caso de que «el magma parezca subir a la superficie».
RÚV, el Servicio Nacional de Radiodifusión de Islandia, implementó una transmisión en vivo de la zona, incluida la Laguna Azul.
Lea Gestsdóttir Gayet, responsable de relaciones públicas y comunicación de Business Iceland, declaró a CNN:
«Debemos subrayar que la actividad sísmica forma parte de la vida islandesa y, aunque los islandeses se han adaptado a un terreno natural único, nuestra prioridad es siempre la seguridad de nuestros huéspedes y de las comunidades locales. El cierre temporal de la Laguna Azul es una medida de precaución debido a la reciente actividad sísmica. Estamos siguiendo de cerca la situación y seguiremos proporcionando actualizaciones de las autoridades locales».
Con información de CNN en Español