La Eucaristía Cristiana. Por Albert Geovo

Momento diario de reflexión, reconocimiento al Creador, que nos coloca en una posición de misericordia y amor; en lo personal, confieso, un sentimiento de total derrota, por esa fuerza superior a lo humano.

Ofrezco disculpas al orden del Creador, por todas las faltas, testifico que hay ostias dulces al paladar, a la vida, pero hay otras amargas; reconozco el milagro de la vida en cada ser, reconozco el perdón, soy testigo de la infinita misericordia Divina.

Admito tener un carácter repelente, pero es sólo una coraza, debajo de la dermis, soy demasiado humano y con esta frase no pretendo hacer apología al amargo existencialismo; sensible, con mucha confianza en el ser humano, a pesar de reconocer también que soy frágil, débil ante la vida. Doy Gracias, por cada lección de vida que me ha tocado, estoy abierto siempre al cambio y a la transformación.

Son muchas cosas personales e íntimas que siento, que no he tenido la oportunidad, por eso, uso el medio para realizarlo, no es la primera vez que me siento abrumado y me solidarizo con todos los que se sientan así, el propósito, la intención es mantener la paz interna y con el mundo.

Pienso igual, la vida es una novela con todas sus variantes, tal vez un teatro y hay otras excelsas.

Lo siento

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