El 2024 será un año incierto y con perspectivas de crecimiento económico difíciles de establecer, ante un crecimiento del PIB débil y que no se produce con impacto significativo en la mayoría de los sectores productivos, mientras se siguen generando condiciones de desigualdad social y económica.
Para el economista Daniel Cadenas, la estimación de incremento de la inflación sería de entre 250% y 360%, en función de la cantidad de dólares que tenga el BCV para intervenir en el mercado cambiario.
En cuanto al tipo de cambio, igualmente su rango va a depender de los dólares que el BCV pueda vender al sistema bancario.
Así, el tipo de cambio podría ubicarse entre entre 170 y 210 bolívares por dólar al cierre del próximo año, indica Cadenas.
Con miras al próximo año 2024, en un evento realizado por el Observatorio Venezolano de Finanzas, los economistas Daniel Cadenas, Omar Zambrano y José Guerra, expresaron sus proyecciones y opiniones acerca el escenario económico venezolano dentro del contexto de los diversos acontecimientos mundiales y el caso venezolano para 2024.
El profesor Daniel Cadenas argumentó que entre 1973 y 2013 la economía creció a una tasa promedio anual de 2,5% lo cual se puede aproximar al crecimiento del PIB potencial, todo ello con una industria petrolera dinámica, sin sanciones y sin migraciones.
Por tanto, esa tasa es baja debido a que la economía de Venezuela tiene poca complejidad, en el sentido de capacidades productivas muy simples e igualmente sus exportaciones están muy concentradas en pocos productos.
Hubo un rebote después de la pandemia de Covid19 que se expresó en un crecimiento del PIB en 2021 y 2022 pero que duró poco, debido a la persistencia de la inflación y la caída de los salarios. Para el cierre de 2023 se espera una contracción de la actividad económica asociada principalmente a la insuficiencia de la demanda agregada.
Para el cierre de 2023 el PIB puede caer entre 0,5% y 5% dependiendo del comportamiento del cuarto trimestre.
Para 2024 el PIB tendría el siguiente comportamiento, según los siguientes parámetros:
Si se revierten las licencias petroleras, el PIB caería 2%
Si las licencias se mantienen por 6 meses el PIB crecería 4%
Si las licencias se mantienen durante todo 2024, el PIB aumentaría 8%.
La economía tiene un severo problema de financiamiento. Para crecer, Venezuela necesita un crédito equivalente a 10% del PIB y actualmente es de 1%. La política de elevado encaje legal ha hecho mucho daño al crecimiento.
Igualmente, los cortes eléctricos generaron una pérdida hasta 2022 de US$ 6.000 millones, es decir entre 9% y 10% del PIB.
Para crecer sostenidamente hace falta mucho más que flexibilizar las sanciones, también se requiere un buen servicio eléctrico que provea la energía que requiere la reactivación económica, apunta Cadenas.
Por su parte el profesor Omar Zambrano expuso que posterior al Covid19, Venezuela tuvo una recuperación no productiva, en el sentido que se trató de una expansión fundamentalmente del comercio y ciertos servicios donde prevalece la baja productividad y los bajos salarios.
Todo indica que 2023 será un año perdido en materia de crecimiento, mientras que la expansión económica que hubo en 2021 y 2022 fue muy frágil y estuvo territorialmente muy concentrado en pocas ciudades.
La característica sobresaliente de la economía venezolana actualmente es la gran desigualdad existente. Venezuela ha perdido muchas capacidades y requiere crecer rápido y sostenidamente para recuperar el nivel de actividad económica de 2012.
El mercado laboral de Venezuela está destruido: la mitad de las personas en edad de trabajar está inactiva. Los salarios son muy bajos y no crean incentivos a la economía formal
Las remesas ayudan pero no tanto: 25% de las familias recibe remesas por un monto promedio mensual de US$ 150. Acá hay un tema serio de falta de información.
El 58% de las familias venezolanas en 2022 estaban en una situación de vulnerabilidad económica. Geográficamente esta situación es más notoria.
Para 2024, si se relajan las sanciones, puede haber cierta expansión fiscal que se puede enfrentar con una restricción de oferta, lo cual podría derivar en más inflación. Todo ello en medio de una gran incertidumbre política por ser 2024 un año electoral.
Con información de Banca y Negocios