María Corina Machado no ha ejercido frontalmente su avasallador liderazgo, aún en las estructuras de la oposición, que debería estar bajo su conducción, yacen figuras de la extinta oposición, figuras que son tan rechazadas como el mismo régimen y que, lamentablemente, empañan su encomienda, afectan su percepción en la sociedad.
¿Cómo aceptar que estas figuras hayan “comprometido” a María Corina acudir al TSJ para solicitar revisión de su “inhabilitación? Más aún, cuando dicha “inhabilitación” no existe, nadie la ha visto.
El chavismo es especialista en estirar los tiempos. Ante la exigencia de la comunidad internacional, fecha tope 30 de noviembre para habilitar a quienes lo estén inconstitucionalmente, el régimen gana tiempo inventando otro procedimiento en el que pudiera tomarse todo el tiempo que quiera: manda a los “inhabilitados” al TSJ para que sea éste quien revise los procedimientos so pena de no poder apelar la decisión final ¡Inentendible!
Así, no podemos esperar cambios dejando a las mismas figuras de siempre cometiendo los mismos “errores” de siempre ¿Hasta cuando seguir esperando la inexistente buena fe del castrismo venezolano? Ningún presunto diálogo ha servido para nada, más que para oxigenar al chavismo.
Tras el magnánimo error de haber permitido legitimar a María Corina Machado en las pasadas primarias, el chavismo se topó con otra durísima pared de concreto. Una vez pasado el consultivo del 3D, el país y el mundo se enteraron que el chavismo ya no tiene voto duro y sus amenazantes estructuras organizativas sociales ya no motivan ni intimidan a los ciudadanos. Esta realidad modifica “lo electoral” aún cuando ellos poseen el control absolutista de las instituciones, recursos y armas del país.
¿Pueden realizar otras presidenciales ilegales e ilegítimas como en 2018? ¡Por supuesto! Pero ello acarreará más complicaciones internacionales, principalmente el recrudecimiento de las sanciones. No debemos olvidar, la comunidad internacional es muy susceptible a los delitos electorales.
¿Qué implicaciones traería a Venezuela? Prácticamente, no habría mayores cambios en comparación a la realidad que hoy padecemos. Gracias a la incompetencia e inacción del interinato, el régimen aprendió a vivir con sanciones y hasta le conviene, les sirve como excusas para justificar sus desmanes y le da licencia para continuar manejando nuestros infinitos recursos a placer.
El 2024 se viste con el mismo traje de años anteriores. El desmadre económico continuará porque el país no frece, más que a los aliados ideológicos del chavismo, garantías de ningún tipo para invertir. Asimismo, la inflación continuar haciendo mella, lo propio el caos en los servicios públicos, escasez de gasolina, gas, etc.
En lo político continuarán las inhabilitaciones, las detenciones, las persecuciones, aprensiones y pare de contar. El castrismo venezolano también se vestirá con el mismo traje del orteguismo nicaragüense, todo aquel que sea una amenaza electoral será sacado del camino, solamente les será permitido participar a “candidatos cómodos” para el chavismo, con escasa o nula popularidad, que no reprocharán resultados ni procedimientos. Todo esto continuará igual si no se cambian las mismas figuras de siempre. @leandrotango