Venezuela en alerta ante visita de buque de guerra británico a Guyana

Describiendo la situación como una amenaza para la estabilidad regional, el régimen venezolano dijo que vigilará con cuidado la presencia de un buque de guerra británico enviado a Guyana para participar en un ejercicio militar conjunto, lo que acentúa nuevamente la tensión entre las dos naciones sudamericanas pese a que éstas se habían comprometido a mantener la calma.

La patrullera de la armada británica HMS Trent hizo escala en Bridgetown, Barbados, después de abandonar su base en Gibraltar a principios de este mes. Está previsto que el barco se dirija hacia Guyana esta semana y fondee frente a Georgetown para participar en una serie de ejercicios de entrenamiento con la marina del país y otros países aliados, informó la BBC.

El ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, dijo que la visita de la nave genera dudas sobre la sinceridad de Guyana tras comprometerse a reducir las tensiones en medio del resurgimiento de una disputa fronteriza que lleva más de siglo y medio.

«¿Un buque de guerra en aguas por delimitar?» cuestionó Padrino López este fin de semana a través de su cuenta de X. «¿Y entonces? ¿Y el compromiso con la buena vecindad y la convivencia pacífica? ¿Y el acuerdo de no amenazarse y utilizar la fuerza mutuamente en ninguna circunstancia?»

«¡Seguimos alertas ante estas provocaciones que ponen en riesgo la paz y la estabilidad del Caribe y nuestra América!», enfatizó.

Armado con un cañón de 30 mm, dos miniguns (ametralladora multicañón con una cadencia de fuego de miles de balas por minuto) y varias otras ametralladoras de alto calibre, la nave de 297 pies de largo es utilizada principalmente para combatir la piratería y las operaciones contra el contrabando, es capaz de transportar adicionalmente un helicóptero y un destacamento de infantes de marina.

En un intento por reducir las tensiones, el presidente de Guyana, Irfaan Ali, y el gobernante Nicolás Maduro se reunieron hace dos semanas en San Vicente y las Granadinas y se comprometieron a no usar la fuerza para resolver la disputa sobre cuál de las dos naciones es la legítima propietaria del Esquivo, región rica en en petróleo y minerales con un tamaño aproximado al del estado de la Florida.

La disputa fronteriza, que se prolonga desde principios del siglo XIX, cobró intensidad este mes tras la realización en Venezuela de un referéndum, en el que el régimen socialista de Caracas le pidió a los venezolanos que aprobaran el uso de la fuerza para anexar tres cuartas partes del territorio actualmente ocupado por Guayana.

El régimen de Maduro dijo que el 95% de los venezolanos votaron a favor de la anexión forzosa del territorio, pero observadores independientes cuestionaron los resultados diciendo que los centros electorales vacíos que se vieron el día de la votación no respaldan el anuncio de que más de 10 millones de personas hubieran participado.

Las tensiones entre los dos países se vieron en aumento pocos días después, cuando Maduro anunció que introduciría en la chavista Asamblea Nacional nuevas leyes para declarar al Esequibo como el más nuevo estado venezolano, y designado a un nuevo general para que encabezara una nueva zona de defensa sobre el territorio.

Maduro también ordenó la creación de nuevas empresas estatales a cargo de explotar la riqueza minera y petrolera de la zona y la asignación de documentos de identidad venezolano para las cerca de 300,000 personas que actualmente habitan allí.

Pese a las múltiples señales brindadas por el régimen de que está dispuesto a tomar control del territorio por la fuerza, funcionarios estadounidenses y expertos ponen en dudas que el atribulado país sudamericano pudiera hacerlo realmente.

Ocupar un terreno selvático tan extenso sería un gigantesco reto para unas fuerzas militares venezolanas que, aunque fuertes sobre el papel, carecen de soldados debido a los bajos salarios y las escasas raciones de comida.

«Las fuerzas armadas venezolanas podrían tener suficiente equipamiento para hacer algún tipo de demostración de fuerza, pero realmente no tienen los hombres para un esfuerzo serio», dijo Manuel Cristopher Figuera, general de división retirado del ejército venezolano . «Esto es una farsa perfecta para declarar la ley marcial (dentro de Venezuela)».

Oficiales venezolanos, en activo y retirados, dijeron al Miami Herald que las cuatro ramas militares del país se han visto diezmadas en los últimos años por deserciones masivas y que el Ministerio de Defensa se ha visto inundado por una ola de solicitudes de renuncia de más de una cuarta parte de su núcleo de oficiales, que son constantemente rechazadas o puestas en espera.

«Hemos tenido informes de unidades de nivel de batallón que se han reducido a unos 95 hombres», aproximadamente una quinta parte de su tamaño normal, «porque no tienen a nadie para ocupar esas plazas», dijo un mayor venezolano retirado. «La capacidad operativa real del ejército es poco más de un tercio».

Con información de El Nuevo Herald

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