Un tribunal de Pekín condenó este lunes a la pena de muerte suspendida al escritor y activista prodemocracia australiano de origen chino Yang Hengjun, declarado culpable de espionaje, lo que ha causado una crisis diplomática entre ambos países tras una época de distensión.
El Gobierno australiano reveló hoy la noticia, subrayando su «consternación» por la sentencia, según dijo en un comunicado la ministra de Exteriores, Penny Wong, quien describió la decisión como «desgarradora» y «espantosa».
La suspensión de la pena impide su ejecución en los próximos dos años, periodo tras el cual la sentencia conmuta de forma casi automática por la cadena perpetua siempre y cuando se considere que Yang, quien tiene que permanecer en prisión, ha mantenido un buen comportamiento.
Se trata de una fórmula empleada por China para frenar las ejecuciones que suele aplicarse a otros delitos, como el narcotráfico.
El escritor y bloguero aún puede apelar la decisión judicial.
La sentencia contra Yang, de 57 años y quien escribía sobre temas políticos de China y EE.UU. en un exitoso blog, se emite tres años después de que se celebrara un opaco juicio a puerta cerrada en su contra, tras ser detenido en 2019 en el aeropuerto chino de Guangzhou (Cantón, al sur del país) acusado de espionaje.
Australia ha solicitado a Pekín su liberación «en cada oportunidad y en los niveles más altos» y ha pedido «constantemente estándares básicos de justicia, equidad procesal y trato humano para el Dr.Yang», en línea con las «normas internacionales y las obligaciones legales de China», apuntó Wong en el comunicado.
China defiende la sentencia
El portavoz de la Cancillería china, Wang Wenbin, se limitó hoy a subrayar que la sentencia contra Yang «se ajusta a la ley», después de que la noticia saliera a la luz por parte de las autoridades australianas y sin aportar más detalles sobre el juicio o las particularidades de la acusación.
Según Wang, el tribunal pequinés trató el caso «estrictamente de acuerdo a la ley» y «protegió los derechos procesales» de Yang.
El portavoz chino agregó que la sentencia incluye la confiscación de todos los efectos personales del escritor.
Las autoridades chinas «permitieron la presencia de representantes australianos durante la (lectura de la) sentencia», indicó el vocero.
Los detalles de las acusaciones de espionaje contra Yang nunca han sido revelados, pero tanto su familia como el gobierno australiano siempre las han negado de forma taxativa.
Yang, nacido en China en 1965 y quien obtuvo la ciudadanía de Australia en 2002, tras emigrar allí en 1998, residía con su familia en Nueva York cuando a principios de 2019 fue detenido en el aeropuerto de Cantón al realizar una escala camino a Australia, en coincidencia con un momento de deterioro de las relaciones entre Pekín y Camberra.
Antes de mudarse a Australia, donde cursó un doctorado en la Universidad de Tecnología de Sídney, había trabajado para el ministerio de Seguridad de China.
Yang, quien había escrito novelas de espías publicadas en Taiwán, isla que Pekín considera una «provincia rebelde», expresó en una carta el pasado agosto su temor a que las autoridades de Pekín lo dejen morir en prisión, después de que le fuera detectado un quiste de gran tamaño en un riñón.
El año pasado, los familiares del condenado remitieron una carta al primer ministro australiano, Anthony Albanese, para manifestar su preocupación ante el «rápido» empeoramiento de la salud de Yang y suplicar que hiciera «todo lo que estuviera en su poder» para asegurar su liberación durante una visita oficial a China el pasado noviembre.
Tensión diplomática
La canciller australiana agregó hoy que su país continuará «presionando por los intereses y el bienestar del Dr.Yang, incluido un tratamiento médico adecuado, y brindaremos asistencia consular a él y a su familia».
Wong afirmó asimismo este lunes que ha convocado al embajador chino en Australia, Xiao Qian, para protestar por la condena contra Yang.
«He indicado a mi secretario que convoque al embajador de China en Australia para expresar nuestra protesta», indicó la ministra en una conferencia de prensa, posterior al comunicado de la cancillería, en la que reconoció que se trata de una decisión «dentro del sistema legal de China».
La detención de Yang y otros ciudadanos australianos han sido motivo de tensión entre Australia y China, que afianzaron un deshielo diplomático y comercial con la visita de Albanese el pasado noviembre, la primera de un mandatario australiano al gigante asiático desde 2016.
Con información de EFE