El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su gran rival, el exmandatario Donald Trump, se someten a un atípico supermartes, el día grande de las primarias para las elecciones presidenciales de noviembre, en las que las nominaciones de ambos están prácticamente garantizadas.
Biden no tiene adversario dentro de las filas demócratas porque es el presidente en ejercicio, mientras que Trump goza de una inusual ventaja en las primarias republicanas, donde ya solo queda la exembajadora de EEUU ante la ONU Nikki Haley intentando hacerle sombra sin demasiado éxito.
El Supermartes es el día en el que más estados votan para definir a los candidatos presidenciales: este año son 15 de los 50 que forman el país, entre ellos, California y Texas, los más grandes de Estados Unidos.
También acuden a las urnas los votantes demócratas y republicanos de Alabama, Arkansas, Colorado, Maine, Massachusetts, Minesota, Carolina del Norte, Oklahoma, Tennessee, Utah, Vermont y Virginia.
Alaska celebra además las primarias republicanas y también votan los demócratas en el extranjero y en los territorios de Samoa Americana y de las Islas Marianas del Norte.
Están en juego más del 35 por ciento de los delegados que en verano se reunirán en las convenciones republicana de Milwaukee (Wisconsin) y demócrata de Chicago (Illinois) para escoger a su candidato a la Casa Blanca.
Tradicionalmente, el supermartes ha servido como un punto de inflexión en la elección del candidato de la oposición por el gran número de delegados que se reparten.
Sin embargo, Trump llega a este día con la etiqueta de imbatible, después de haber arrasado en casi todas las citas desde que arrancaron las primarias republicanas con los caucus de Iowa del 15 de enero.
Todos sus rivales se han bajado ya de la contienda excepto Haley, quien solo se impuso al magnate neoyorquino en las primarias del Distrito de Columbia este pasado fin de semana, una victoria sin apenas peso político.
De hecho, la gran incógnita es si la candidatura de Haley sobrevivirá al supermartes o si cederá a las crecientes presiones de su partido y de los donantes para que tire la toalla.
Además, Trump (2017-2021) se somete envalentonado a las urnas tras su victoria judicial del lunes, cuando el Tribunal Supremo ordenó levantar su inhabilitación de las primarias de Colorado, estado que también vota este martes.
El fallo, adoptado por unanimidad, puso fin además a los intentos de Illinois y Maine de sacar al expresidente republicano del proceso.
Biden se impuso en el supermartes de 2020 a su entonces rival demócrata, el senador Bernie Sanders, y cuatro años después llega a esta cita sin casi disputa interna.
Desde que arrancaron las primarias demócratas el 3 de febrero en Carolina del Sur, solo ha perdido dos delegados en juego en las elecciones internas de Míchigan, donde se organizó un voto de protesta por la guerra de Gaza.
A pesar de su indiscutible ventaja, ni Biden ni Trump lograrán este supermartes ganar matemáticamente la nominación y tendrán que esperar unos días más.
Ni en el hipotético caso de que se hicieran con todos los delegados en liza, ni Biden lograría todavía la cifra mágica de 1.968 que debe conseguir para hacerse con la candidatura demócrata ni Trump los 1.215 que necesita.
Con información de Foco Informativo