Hoy estamos viviendo momentos de angustias y de múltiples cuestionamientos ante nuestro porvenir, más allá de hablar de un país, porque el país somos todos…Sí, la suma de la gente que conformamos la patria y tenemos las esperanzas del porvenir puestas en las decisiones que se toman a diario e implica la acción del destino cada mañana.
Ante todos estos momentos de difíciles y trascendentes decisiones, la valentía no la debemos entender solamente como un acto de enfrentamiento violento contra otro, interpretemos la valentía como el acto más puro de la libertad ante la responsabilidad del hacer o no hacer nada.
La valentía es una competencia de la inteligencia intrapersonal que consiste en la capacidad para pasar a la acción y emprender algo, una vez tomada la decisión de llevarlo a cabo. Es la habilidad para afrontar, gestionar y avanzar.
Darle la espalda a situación negativas, dañinas y perjudiciales para la vida, defender los pensamientos propios, también son actos de valentía, por lo tanto olvidemos que el valiente es únicamente quién se enfrenta con armas o violencia. Sepamos que la valentía es un acto también de actitud personal por la defensa de los valores y estructura del bienestar, por lo que se sabe conveniente a pesar del propio sacrificio ante ese actuar en beneficio de un colectivo, valiente es aquel que desde de su propio actuar decide darlo todo por el otro, es muchas veces un verdadero acto de amor y de entrega que de mera agresión. Lo antagónico es indiferencia o inacción.
En esta era contemporánea hemos aprendido mucho de ese vocablo de valientia, ya que no podemos olvidar que formamos parte de una generación de sobrevivientes. El Covid lo cambió todo y a casi todos!! Vencimos lo inimaginable y Dios a muchos nos legó una nueva oportunidad de vida.
En consecuencia, la historia de nuestro país está llena de mucha perversidad pero también de infinidad de hombres y mujeres valientes, quienes desde principios de siglos pasados escribieron sus páginas de vida con actos heróicos, inentendibles pero constantes ante un futuro que se sueña diferente y buscando un mejor porvenir. Solo así, también puedo desde esta angustia permanente encarando un futuro incierto, entender actos como los de nuestra gente que lo hecha todo a la suerte de cruzar una selva o enfrentarse al despojamiento de tu identidad, familia y de tu patria.
Ahora bien, ha llegado el momento de que los venezolanos tenemos que empezar a mirarnos a los ojos para reconocernos, también es la hora de empezarnos a oír para de verdad escucharnos y de apoyarnos con una fuerza diferente para seguir luchando por algún tipo de verdadero cambio.
Entiendo tus cuestionamientos y respeto tu angustia frente a lo que se tiene que decidir, pero peor es no hacer nada!!
Tengo la confianza puesta en que los venezolanos hemos venido madurando ante las realidades que nos ha tocado enfrentar. Hemos entendido la capacidad de nuestra propia resiliencia y de nuestra propia valentía para avanzar a pesar de las difíciles circunstancias.
Todos en general merecemos la oportunidad de un cambio, de un chance a una nueva alternativa, a seguir intentando sin dejar espacios a la inamovilidad o a la frustración de no poder lograrlo.Nos toca volver empezar, a ejercer una valentía distinta, una valentía que nace de los corazones y que decide colocar las cosas en otro nivel o lugar, y así comenzar a ordenar un espacio donde todo está en contra y se tienen que volver a enfrentar.
En esta situación exite el acto más sublime, el acto de la valentía quien le dice a tu conciencia y a tu libertad, no te detengas, tiene que avanzar y enfrentar con tus actos la realidad de una oportunidad de cambio!
Te invito hoy a no criticar ni cuestinar, date el chance y entendamos que tenemos que seguir escalando frías y nevadas montañas hasta que podamos conseguir los prados verdes.
Me disculpo contigo de verdad, sino estás de acuerdo, pero permítete decirte que así somos los zulianos…nuestra esperanza es Futuro!