Los pescadores del pueblo de Río Seco, en Coro, enfrentan una realidad desoladora: los derrames de petróleo han exterminado la pesca de camarón, dejando a la comunidad sin su principal fuente de ingresos y sustento. La reciente decisión del Estado de levantar una veda de más de ocho años sobre la pesca de camarón ha sido recibida con desilusión y escepticismo por los pescadores locales.
Yoelvis Segovia, uno de los pescadores afectados, expresó su frustración: “¿Qué camarón se produce aquí?” Según Segovia, el levantamiento de la veda no tiene sentido cuando el principal reservorio de camarones en el golfete de Coro ha sido destruido.
La medida, vigente desde junio de 2016 bajo la providencia administrativa MPPPA-INSOPESCA Nº 013, ahora sólo regula la captura por arte de pesca “Red Chica” en los estados de Miranda, Anzoátegui, Delta Amacuro y Sucre. Sin embargo, en Coro, los derrames de crudo han devastado los ecosistemas marinos, dejando a los pescadores sin recursos.
La crisis pesquera ha obligado a muchos pescadores de Río Seco a emigrar. El destino más común ha sido Bachaquero, en el estado Zulia, donde encuentran empleo en las camaroneras locales, ganando apenas 30 dólares semanales. Esta migración masiva ha sido una respuesta desesperada a la falta de oportunidades en su lugar de origen.
Anteriormente, los pescadores podían ganar hasta 70 dólares semanales capturando 70 toneladas de camarón por embarcación. Sin embargo, las constantes pérdidas causadas por la contaminación han hecho que la pesca de camarón ya no sea rentable en Coro.
La situación ambiental en el Lago de Maracaibo y el Golfo de Coro es crítica. Los derrames de petróleo han sido un problema recurrente, denunciado por los pescadores desde 2021. Estos derrames han afectado gravemente a los ecosistemas marinos y a la acuicultura, especialmente al camarón.
El experto en ecología acuática y profesor de la Universidad del Zulia, Néstor Pereira, corroboró que la fuente de reservorio del langostino ha disminuido significativamente. En 2023, el 84 % de los derrames de petróleo en Venezuela ocurrieron en Falcón y Zulia, afectando gravemente las especies marinas.
La falta de fondos para la investigación científica ha impedido que se conozca el verdadero impacto de estos derrames sobre las especies acuáticas. Desde hace 12 años, los expertos no tienen datos precisos sobre cómo se ven afectadas las especies, incluido el camarón de cultivo.
A pesar de los esfuerzos para reparar las fugas de crudo, los derrames continúan. El 20 de mayo se visualizó una nueva ola de hidrocarburo en el golfete de Coro, apenas días después de haber sellado la fuga número 45. Trabajadores del Complejo Refinador Paraguaná indicaron que la línea ya fue sellada, pero que todavía queda un 40 % de crudo en la tubería, el cual sigue filtrándose al mar.
La pesca de camarón, que alguna vez fue una de las principales actividades económicas y de exportación en Venezuela, ahora enfrenta un futuro incierto en Coro. Los pescadores locales, quienes han dedicado sus vidas a esta actividad, ven cómo sus medios de subsistencia desaparecen debido a la contaminación ambiental.
La comunidad de Río Seco continúa esperando acciones concretas por parte del Estado para remediar esta situación y recuperar los ecosistemas marinos. Sin embargo, la persistente falta de coordinación y recursos hace que la recuperación sea un desafío monumental.
Con información de El Clarín.