Un responsable de Unicef expresó este viernes la incertidumbre y los posibles riesgos asociados con el cierre de la selva del Darién a los migrantes, una promesa del presidente panameño electo , José Raúl Mulino, quien asumirá el poder el 1 de julio.
Vicente Terán, representante adjunto de Unicef en Panamá, comentó a la AFP que es difícil predecir el impacto de esta medida, pero señaló que los migrantes suelen buscar rutas alternativas más peligrosas cuando se imponen barreras.
Tras las elecciones del 5 de mayo, Mulino también aseguró que deportará a los migrantes que ingresen al país a través de esta selva.
Más de 520.000 migrantes cruzaron el año pasado la selva del Darién, enfrentándose a peligros naturales como animales salvajes y ríos caudalosos, así como a bandas criminales que asaltan, violan y matan. El gobierno panameño ha destinado recursos para asistir a estas personas.
Unicef y otros organismos internacionales mantienen personal en las aldeas del Darién para proporcionar asistencia a los migrantes que llegan desde Colombia tras una peligrosa travesía de varios días.
“El año pasado cruzaron (el Darién) 3.300 niños no acompañados o separados (de sus padres). En los registros que tenemos en los primeros cuatro meses ya son 2.000”, indicó.
Explicó que el aumento de niños migrantes se debe a varios factores, como la reunificación familiar, con padres que ya están en Estados Unidos y hacen viajar a sus hijos, así como la pobreza en sus países de origen, la inestabilidad política y las emergencias climáticas, que impulsan a muchos adolescentes a migrar como una vía de escape.
Fuente: AFP.