El Gobierno ha presentado este lunes su sistema de verificación de la mayoría de edad en el acceso a contenidos para adultos en internet. La herramienta finalmente escogida, después de manejar varias, ha sido una especie de carnet digital con un bono de credenciales de 30 accesos o sesiones válido durante 30 días que permitirá entrar a los adultos en páginas pornográficas tras identificarse con su DNI electrónico. Podrán usar tres veces la misma credencial dentro de la misma plataforma.
El objetivo es impedir que niños y adolescentes menores de 18 años puedan entrar en este tipo de contenidos, aunque el Ejecutivo reconoce que «puede haber formas de circunvalar esta solución». Ahora las plataformas preguntan por la edad pero el mecanismo es muy endeble y cualquiera puede entrar en estas páginas.
El ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, José Luis Escrivá, ha avanzado las principales líneas de la Estrategia Nacional de Protección de la Infancia y de la Adolescencia en el Entorno Digital en lo que concierne a su departamento. Esta estrategia se inicia con un anteproyecto de ley orgánica para la protección de los menores en los entornos digitales, que contempla que todos los dispositivos electrónicos como móviles y tabletas lleven controles parentales de fábrica. Además, las plataformas deberán incorporar mecanismos de verificación de la edad efectivos para impedir el acceso a los menores.
También se contempla una modificación de la Ley General de Telecomunicaciones para que la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC) pueda bloquear de aquellas plataformas o páginas con contenidos pornográficos si no incorporan mecanismos de verificación de la edad efectivos. Para tal fin, el Gobierno está en conversaciones con proveedores de internet como Movistar o Vodafone con el fin de que permitan bloquear estas páginas.
Los usuarios «voluntariamente» pueden descargarse la aplicación web y solicitar la credencial, para lo que se consultará su DNI electrónico o «las fuentes administrativas» que el Ministerio tiene a su disposición. Una vez dado ese paso, el sistema emite «un pack de credenciales de mayoría de edad para evitar que las plataformas o en internet cualquiera pueda trazar a la persona que está utilizando la credencial».
«Vamos a emitir un juego de 30 credenciales que tendrán una caducidad de 30 días para minimizar el riesgo y que la persona no pueda ser trazada y que tampoco haya cruce entre distintas plataformas», ha dicho Cabanillas. Este número limitado dificulta que las webs puedan rastrear al usuario mediante sus hábitos de consumo. Durante esas 30 sesiones o esos 30 días el usuario no tiene que mostrar el DNI cada vez a la hora de acreditar su edad.
Cabanillas ha detallado que la misma credencial podrá usarse como máximo tres veces en la misma plataforma». Pasados los 30 días, «se emitirá otro pack de credenciales». «Si se agotaran antes, podrían emitirse antes», ha afirmado.
Fuentes del Ministerio de Transformación Digital aseguran que este carnet «es para proteger la privacidad y no se almacena en la administración ni hay trazabilidad ni para la web ni para la Administración». «La persona siempre dispone del acceso a su cámara, en ningún momento el proveedor de contenidos puede acceder sin que él se dé cuenta a su cámara del teléfono móvil», recalca Cabanillas. Sin embargo, hay preocupación en el sector de la ciberseguridad.
La directora general de Gobernanza de la Secretaria de Estado de la Función Pública, Carmen Cabanillas, ha explicado que la solución de verificación de edad acordada sólo estará en funcionamiento «inicialmente en el ámbito español y para los residentes que viven en España». Es decir, en una fase beta del proyecto, sólo «se obligará» a las plataformas de intercambios de contenidos establecidas en España, aunque el Gobierno quiere que las aplicaciones de mensajería, redes sociales o navegadores, la mayoría radicados en Irlanda, tengan también que comprobar la edad si hay contenido para adultos.
La herramienta se ha incorporado dentro de «la cartera digital española», disponible en formato de aplicación de teléfono móvil y que también guarda otros documentos, como el certificado de empadronamiento o titulaciones universitarias. Además, incluye una credencial que «es anónima» y «respeta el principio de protección de datos de minimización de la información intercambiada».
La directora general asegura que «en esa credencial no va a figurar ningún dato personal, sino que tendrá una letra, una K, que identifica que el usuario es mayor de edad» para «proteger tanto el interés superior del menor como los adultos que libremente deseen acceder a este tipo de contenidos». Esta aplicación se desbloquea mediante reconocimiento facial, un patrón o un código.
Para ello, «una serie de actores guardan y garantizan el uso de los distintos elementos». «En primer lugar, tendríamos una lista blanca de emisores de credenciales de mayoría de edad», ha detallado. En esta primera versión, es la Secretaría General de Administración Digital la que provee de esta credencial: «Para garantizar de forma fehaciente que esta persona es mayor de edad, leemos el DNI electrónico si la persona lo presenta o consultamos nuestros registros administrativos [por ejemplo, Clave o el certificado electrónico], de tal forma que no haya ninguna duda de que la persona que está al otro lado es mayor de edad».
En segundo lugar, habrá una segunda «lista blanca» donde están incorporados «todos los proveedores de aplicaciones que son solventes, que tienen un control de eficacia sobre estas aplicaciones de verificación de edad». En tercer lugar, habrá una tercera «lista blanca» para «conocer las plataformas de contenidos para adultos que se adhieren» a esta herramienta. Para ello, se establecerá «un registro» que gestiona la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones.
Eduardo Cruz, experto en ciberseguridad y fundador del control parental Qustodio, sostiene que los datos quedan registrados por la Administración. «La Administración sabe quién solicita los accesos. Es por ello que el usuario necesita mostrar un certificado digital o DNI electrónico para sacarse el carnet con los bonos. Cuando dicen que es anónimo, se refieren a lo que rastrean las aplicaciones y a las webs», señala.
«Ponerle un carnet de conducir de internet a 40 y pico millones de ciudadanos, es simplemente una idea horrible digna de las peores dictaduras. Es una bomba nuclear para las libertades civiles, y en mi opinión no debería lanzarse. Las consecuencias de un uso indebido o negligente por parte de los actores públicos pueden ser fatales para nuestra democracia.», recalca.
Escrivá ha dicho que los niños acceden a contenido pornográfico entre los nueve y los 11 años. Siete de cada 10 adolescentes consume pornografía por medios digitales. Lo hacen sobre todo a través de móviles, que tienen por primera vez a los 11 años. Se accede por webs, redes sociales y mensajería instantánea.
«Esto genera problemas extraordinariamente preocupantes para la salud mental y psicológica de los niños, con una enorme adicción, presiones emocionales, distorsión de la percepción de la realidad, además de una alarma social», ha dicho el ministro, que ha añadido, citando datos de la Fiscalía, que en los últimos cinco años las agresiones sexuales cometidas por menores se han más que duplicado.
«Cuando se evalúa cómo interaccionan los menores con internet, para el 90% es su primera forma de conocer la sexualidad. A partir de ahí, un 50% de ellos reconoce que generan imitación e incluso con aproximaciones que tienen la dominación como un elemento central. Se produce una enorme distorsión en la forma en que van a desarrollar su sexualidad», ha recalcado.