Este sábado 3 de agosto, la tranquilidad de la parroquia Turmero, en el municipio Santiago Mariño del estado Aragua, se vio abruptamente interrumpida por un asesinato. Cerca de las 10:00 de la noche, un hombre encapuchado disparó cuatro veces contra Mayaury Coromoto Silva Vielma, una destacada líder social del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Este trágico suceso ha dejado consternada a la comunidad y ha generado un fuerte clamor por justicia.
Mayaury Silva, de 49 años, era conocida por su compromiso con el bienestar de su comunidad. Trabajaba como supervisora en la empresa de aseo urbano Serpumar y desempeñaba un rol activo en la Unidad de Batalla Bolívar-Chávez (UBCH) de La Julia.
Además, era miembro del consejo comunal, donde su dedicación y espíritu de servicio la convirtieron en una figura querida y respetada. Silva, madre de tres hijos, tenía planeado entregar parcelas a los vecinos de Jobo Dulce, una muestra más de su incansable labor por mejorar la vida de los suyos.
El criminal, descrito como alto, delgado y de tez morena, esperó el momento adecuado para atacar. Tras regresar de una actividad política en apoyo al presidente Nicolás Maduro, Silva fue sorprendida en el camino hacia su residencia.
A la altura de los camburales de La Julia, el agresor apareció de la oscuridad y disparó siete veces, impactando cuatro de los disparos en su rostro y pecho. El asesinato fue presenciado por varios testigos que, impotentes, vieron al atacante huir hacia los camburales tras consumar el crimen.
El entorno de Silva sabía de las amenazas que había recibido. Días antes, un desconocido la había interceptado y advertido que desistiera de su trabajo con los terrenos, bajo amenaza de muerte.
Pese a estos avisos, Silva siguió adelante con sus planes, decidida a cumplir su promesa a la comunidad. Su asesinato, por tanto, no solo fue un acto de violencia extrema, sino también un intento de silenciar su voz y detener su labor social.
Desde la mañana del domingo 4 de agosto, equipos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) se encuentran trabajando en el lugar del crimen. La planimetría del área y la recolección de pruebas forman parte de un exhaustivo proceso investigativo.
Además, se han realizado varios allanamientos en La Julia y tomado declaraciones preliminares, aunque las autoridades mantienen un perfil bajo y el caso se maneja con mucho hermetismo.
La comunidad y la militancia del PSUV están profundamente conmovidas por este brutal asesinato. Mayaury Silva no solo era una líder, sino también una amiga y defensora de los derechos de sus vecinos.
Las muestras de solidaridad y las demandas de justicia se han multiplicado, con familiares y amigos clamando por una resolución rápida y justa del caso. La indignación y la tristeza se sienten en cada rincón de La Julia, donde su pérdida ha dejado un vacío imposible de llenar.
El asesinato de Mayaury Silva Vielma es un recordatorio doloroso de los riesgos que enfrentan los líderes comunitarios en su lucha por un mejor mañana. Es imperativo que las autoridades aceleren la investigación y garanticen que los responsables sean llevados ante la justicia.
Además, se debe fortalecer la seguridad y protección de quienes trabajan incansablemente por sus comunidades. Solo así se podrá honrar la memoria de Mayaury y asegurar que su legado de servicio y dedicación no sea en vano.
Con información de El Clarín.