La credibilidad de los procesos electorales afronta una situación delicada en el ámbito mundial, con grados de contestación crecientes y amenazas variadas, señaló este martes el Instituto para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional).
El Informe Global sobre el estado de la democracia que elabora este organismo, con sede en Estocolmo, apunta que en 2023 hubo el «peor» declive en elecciones creíbles y supervisión parlamentaria por factores como la intimidación gubernamental, interferencia extranjera, desinformación y el uso indebido de la inteligencia artificial en campañas.
En uno de cada cinco países ha descendido el nivel de credibilidad electoral desde 2018. En casi el 20 % de los comicios celebrados entre 2020 y 2024, un candidato o partido derrotado ha rechazado el resultado y el porcentaje de población que vota ha pasado del 65,2 % al 55,5 % en los últimos 15 años.
«Hay un deterioro muy importante en el componente electoral de la democracia, en la capacidad de los países para celebrar elecciones libres, justas, percibidas como legítimas», señala a EFE en entrevista telefónica el secretario general de IDEA, Kevin Casas-Zamora.
Casas-Zamora habla de «cóctel de amenazas», como las digitales (desinformación en redes sociales, ciberseguridad) y las políticas («altísimos» niveles de polarización y negacionismo electoral o el «método Trump» de lanzar «sospechas infundadas»).
El deterioro electoral está vinculado al retroceso democrático a nivel global, experimentado en casi la mitad de los países y por octavo año consecutivo.
El estudio apunta no obstante que pese al contexto negativo, el año pasado se celebraron elecciones que permitieron revertir procesos de erosión democrática en Guatemala, Brasil, Polonia, Zambia y Senegal.
Aunque el informe se centra en 2023 y no habla de las elecciones en el actual «superaño electoral», Casas-Zamora resalta el caso de Venezuela, que califica de «fraude evidente a todas luces», acusando al Consejo Electoral de presentar resultados «sin ningún asidero real».
«Es una tragedia en toda línea que me da la impresión de que va a ser muy difícil de revertir. Todas las señales que tenemos apuntan a que el régimen de Maduro se está atornillando en el poder a cualquier coste», afirma Casas-Zamora, que habla de una «aberración» en América Latina, donde en las últimas cuatro décadas se han celebrado comicios con normalidad y sin fraudes «a gran escala».
Aunque la mayoría de los países de la región no han aceptado los resultados, el expolítico costarricense resalta la posición «sumamente cautelosa» de grandes democracias como Colombia, Brasil o México.
Y si bien se muestra comprensivo con Colombia por la relación bilateral «compleja» entre ambos países, no entiende la postura de los otros, que cree puede deberse a «motivos ideológicos», y recuerda que en el caso de Guatemala hubo una reacción unánime.
«Si la región no es capaz de decir con claridad que la única vía legítima para acceder al poder es la electoral y el fraude no es aceptable, hay que temer por la democracia en América Latina», dice.
La proliferación del crimen organizado constituye un desafío para Latinoamérica y se ha convertido en tema central del debate incluso en países donde antes no era una cuestión, apunta el informe.
Ese reto distorsiona el funcionamiento de las instituciones políticas y se convierte en caldo de cultivo para actitudes autoritarias, como en El Salvador.
«Hay que estar muy claro de lo que implica el modelo de Bukele. No se pueden querer los fines sin querer también los medios. La condición para que lo que esté haciendo Bukele funcione es una dictadura», sostiene Casas-Zamora.
Por ello, insta a las fuerzas democráticas a generar soluciones viables a los problemas de seguridad a corto plazo, porque si no lo hacen, «vamos a perder el debate por goleada como lo estamos perdiendo en este momento».
La cita electoral más importante del año tendrá lugar en noviembre en Estados Unidos, en una situación de deterioro democrático que se remonta a más de una década atrás.
Casas-Zamora no es «particularmente optimista» por los niveles «desaforados» de polarización política y la «entronización» del negacionismo electoral en parte del espectro político y la mayor proliferación de la violencia política.
Tanto en Estados Unidos como en el resto de países es necesario que las autoridades electorales comuniquen a la gente «con gran transparencia y nivel de detalle el funcionamiento del proceso electoral, de manera que sea posible disipar las dudas que alguna gente va a tratar de sembrar», afirma.
Fuente: 800 Noticias