Periodista Luis Gonzalo Pérez en el exilio: No soy un terrorista

Luis Gonzalo Pérez fue declarado como el periodista “número uno” objetivo del gobierno en Venezuela para detenerlo, luego de formar parte del equipo de comunicaciones de la líder de oposición, María Corina Machado, y el ex candidato por la presidencia, Edmundo González Urrutia.

Ahora está en Bogotá esperando que el Gobierno de Gustavo Petro le reconozca el estatus de refugiado.

SEMANA: Usted era el videógrafo y fotógrafo de María Corina Machado, había estado recorriendo el país con ella desde noviembre de 2023 y se tuvo que venir desde Venezuela, por tierra, escondido, porque lo estaban persiguiendo. ¿Por qué decide dejar todo después de haber estado en la campaña?

Luis Gonzalo Pérez (L.G.P.): En Venezuela la situación se agravó después del 28 de julio. Soy periodista, no soy político. Soy una de las tantas personas que logró estar en el equipo de gira por todo el país, junto a ella, haciendo cobertura. Soy su periodista y videógrafo y mostramos toda la cantidad de movilizaciones de cara a la elección, pero le puedo decir que como periodista sufrí amenazas, amedrentamientos, persecución a mi propia familia, hacia mi pareja, hacia mí, que de alguna manera presionaron y me llevaron a tomar una decisión: o me quedo en Venezuela escondido o tenía que salir de mi propio país, cosa que nunca estuvo planificada. Mi salida fue forzosa, tuve que tomar la decisión de un día a otro para proteger mi propia integridad física. En Venezuela, lamentándolo mucho, hay periodistas detenidos a los que les imputan cargos de terrorismo. ¡Imagínate lo que pudo haber sucedido conmigo sabiendo que era el videógrafo personal de María Corina! Y, si me hubiesen capturado, qué tantos cargos me hubiesen podido imputar simplemente por ser el periodista de ella.

SEMANA: No solo fue videógrafo personal de María Corina Machado, si no también de Edmundo González. En un momento usted estaba en un recorrido con María Corina, ella lo invita a su camioneta y le dice que tiene información de que usted es el periodista número uno que el régimen quería capturar. ¿Para usted cómo fue darse cuenta de que el régimen de Nicolás Maduro lo tenía identificado como el periodista número uno que tenía que detener?

L.G.P.: Miedo. Por primera vez siento ansiedad. La misma María Corina me había dicho en una de las giras del estado Carabobo hacia Caracas en la que las camionetas se detuvieron a mitad de camino, se bajó una persona del equipo y me dijo que María Corina me necesitaba en su camioneta. Muy inocente pensé que sería algo de las grabaciones, inmediatamente me paso hacia la camioneta de ella, cerramos las puertas y arranca otra vez la caravana.

Ella se voltea y me dice: “Luis, no te alarmes, pero ahorita te va a llamar alguien de nuestro equipo porque tenemos información que puede haber una orden de captura hacia ti”. Ahí el miedo te invade. Repito: soy periodista, no soy político. Estoy haciendo cobertura junto a ella de cara a las elecciones.

SEMANA: ¿Qué fue lo primero que hizo cuando se dio cuenta de que estaba amenazado y que el régimen lo quería capturar? ¿A quién llama primero? ¿Qué medida toma?

L.G.P.: Lo primero fue un protocolo de seguridad digital. Paralicé las comunicaciones. Hasta el momento de esta entrevista yo no había dicho que crucé a Colombia, he estado bajo resguardo. Mi celular antiguo lo mandamos hacia otra casa para evitar rastreo de llamadas o de mensajes, al igual que las comunicaciones con mis propios padres. Tuve que llevar a mi mamá a que se quedara conmigo en una casa de seguridad y estuve un mes escondido sin salir a la calle, sin poner un tuit, sin publicar nada. Desaparecí para que las aguas se calmaran en la persecución que tenían hacia mí.

SEMANA: Le está pidiendo al Estado colombiano que lo reconozca como refugiado y al menos 200 personas que han salido de Venezuela desde el 28 de julio a la fecha, que eran periodistas, activistas, defensores de derechos humanos, políticos, están reclamándole a la Cancillería colombiana que les reconozca el estatus de refugiado y que les permita trabajar mientras esto sucede. Usted como un perseguido político de Venezuela, ¿qué le pide al Gobierno de Gustavo Petro?

L.G..P.: Como venezolano, como profesional de la comunicación, como periodista porque he sido corresponsal para medios de su país, al Estado colombiano le pido que no se haga el de la vista gorda de lo que está pasando en Venezuela. Ustedes son muy claros y saben muy bien que en Venezuela se violan sistemáticamente los derechos humanos, que en Venezuela hay perseguidos políticos simplemente por pensar distinto.

Por ser un periodista que cubrió una movilización de un opositor soy perseguido y estoy en su país.

Hay más de dos mil detenidos en Venezuela y pueden haber muchos más que no están en una estadística. Hay menores de edad detenidos, ahorita nos encontramos al menos 18 periodistas venezolanos en territorio colombiano pidiéndole que por favor nos acoja, que nos otorgue una medida de protección, que nos den refugio y que más allá del refugio nos otorguen también la posibilidad y el derecho humano de poder trabajar porque nosotros también necesitamos comer. Nosotros no cruzamos a Colombia porque quisimos, cruzamos bajo una medida forzosa porque la persecución nos empujó a cruzar.

Yo no crucé para acá porque quise. Les agradezco totalmente que nos permitan estar aquí, pero yo crucé con un morral en la espalda, con un bolso, con dos medias, con dos franelas, con un par de zapatos. Yo no crucé por turismo. Yo no crucé porque quería ver cómo era la vida afuera. Yo crucé porque en Venezuela están persiguiéndonos, porque se están violando los derechos humanos, porque están acusándonos de terrorismo, cargos que llevan hasta 30 años de cárcel. Y le pido a la comunidad internacional, por favor, más allá de documentar, que hagan algo contundente de acciones legales hacia el Estado venezolano. Nuestra familia corre peligro allá.

SEMANA: Usted sale de su país porque el régimen lo señala de ser terrorista. Le pregunto, ¿usted es un terrorista?

L.G.P.: No lo soy. Mi arma siempre fue un micrófono y una cámara. Mi arma siempre fue comunicar, documentar, narrar las historias de lo que se vive en mi propio país. Mi arma fue recorrer cada Estado y documentar cómo esa cantidad de personas quieren un cambio y saben que el cambio comenzó. Ese ha sido mi armamento como comunicador social. Yo no soy un terrorista. En Venezuela se están imputando delitos por disentir, por pensar distinto, por llevar una franela, una gorra, poner una foto o un estado. Están llevándonos a un hueco de un psico terror político y de estado en donde, si no se toman acciones pronto, no hay manera de que Venezuela salga de ese hoyo. Y va a venir una nueva ola migratoria, soy parte de la nueva ola migratoria, y el Estado colombiano lo sabe, Brasil lo sabe, Chile lo sabe, Panamá lo sabe, Estados Unidos lo sabe, la ONU lo sabe, el Centro Carter lo sabe. Saben que viene una nueva ola migratoria. Según Acnur hay más de 8 millones de venezolanos afuera.

 

 

 

 

 

 

Con información de Semana

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