Bolsonaro rechaza cualquier implicación en el presunto plan golpista y asegura ser objeto de una «persecución política».

El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, negó haber estado involucrado en discusiones sobre un plan golpista después de su derrota en las elecciones de octubre de 2022. En una conferencia de prensa, Bolsonaro calificó la investigación de la Policía Federal como una «persecución política». Afirmó: «Nunca he debatido un golpe de Estado con nadie», y aseguró que la posibilidad de un golpe no formaba parte de su consideración, enfatizando que siempre se ha regido por los principios constitucionales.

Durante su intervención desde el Aeropuerto Internacional de Brasilia, Bolsonaro expresó su preocupación por su seguridad, indicando que podría ser arrestado en cualquier momento. Esta afirmación llega tras las acusaciones de la Policía Federal, que lo señala, junto a varios de sus aliados, por delitos como el intento de golpe de Estado y la abolición violenta del Estado de derecho, tras las elecciones de 2022.

Hasta 35 personas enfrentan cargos relacionados con estos delitos, que conllevan penas que varían entre ocho y doce años de prisión. La investigación sugiere la existencia de una trama de desinformación destinada a desacreditar las instituciones y cuestionar la integridad del proceso electoral, así como a incitar a los militares a actuar.

Se han analizado encuentros entre el círculo cercano de Bolsonaro y altos mandos militares, donde, según el general Freire Gomes, se discutieron planes que contaban con el respaldo de algunos comandantes. Uno de estos encuentros ocurrió en diciembre de 2022, donde se habría presentado un decreto para obstaculizar la transferencia de poder a Lula, el presidente electo. Este documento será revisado por el Supremo, que decidirá su futuro antes de enviarlo a la Fiscalía.

DCN/Agencias