En Venezuela, existe no solo una brecha cambiaria, sino también una brecha salarial marcada por la dolarización de facto que ha influido en la economía nacional. Según el Observatorio Venezolano de Finanzas, mientras los precios de los productos en dólares continúan aumentando, los salarios en esta moneda se mantienen estancados. Esto ha llevado a que la población se refiera coloquialmente a este fenómeno como «inflación en dólares».
Desde inicios de 2022, la Reserva Federal de Estados Unidos ha incrementado sus tasas de interés para controlar la inflación, que ha disminuido de un 9,1% a un 2,5%. Sin embargo, la situación en Venezuela con el dólar es diferente. Iván Acosta, experto de PGA Group, señala que la inflación en dólares en el país responde a tres factores: la prolongada devaluación, la demanda de dólares que supera la oferta, y un tipo de cambio oficial rígido. Esto ha llevado a que muchas personas busquen dólares en el mercado negro, elevando así los precios.
Acosta también indica que alrededor del 60% de la economía informal tiende a ajustar sus precios en dólares más que el 40% de la economía formal. A su vez, los salarios, en su mayoría, se pagan en bolívares, lo que afecta el poder adquisitivo de los trabajadores.
Desde otro ángulo, Luis Crespo, profesor en la Universidad Central de Venezuela, menciona que se requiere una reconstrucción del salario mínimo, que lleva más de 971 días sin ajustes, y ha quedado rezagado frente a la inflación. La creciente precariedad del ingreso hace difícil para los empleados cubrir sus necesidades básicas, lo que destaca la urgencia de abordar la cuestión salarial en el país.
DCN/Agencias