El expresidente de Bolivia, Evo Morales, inició la noche del viernes 1° de noviembre una huelga de hambre acompañado de algunos de sus seguidores, incluyendo al senador Leonardo Loza. Su principal demanda fue un urgente llamado a que “no lo maten” y expresó su determinación de “derrotar” al actual gobierno.
Durante su declaración, Morales mencionó: “Pueden detenerme, ojalá que no me maten, por favor. He estado muchas veces en la cárcel; no tengo miedo, pero no me voy a ir de Bolivia; estoy con mi pueblo, y con el pueblo vamos a resistir, vamos a enfrentar y vamos a derrotar a un gobierno corrupto, un gobierno narco”, tal como reportó el medio local Oxígeno.
El exmandatario había anunciado su decisión de iniciar la huelga para exigir la convocatoria de dos mesas de diálogo: una enfocada en cuestiones económicas y otra en temas políticos. Morales solicitó que estos espacios de diálogo incluyan la participación de organismos internacionales o de “países vecinos”, para que se garantice un intercambio que busque soluciones efectivas.
A pesar de su llamado del jueves pasado para que sus bases levantaran los bloqueos que han afectado el país durante 19 días, sus seguidores decidieron continuar con estas protestas hasta lograr la renuncia del presidente Luis Arce. Morales también admitió que el inicio de los bloqueos fue una respuesta a las acciones legales en su contra por delitos de estupro agravado y trata y tráfico de personas, afirmando: “No había los procesos después de la marcha; no había bloqueo”.
DCN/Agencias