Panamá impone multas fuertes a migrantes que ingresen de manera irregular
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, lanzó una advertencia contundente el pasado 31 de octubre: aquellas personas que crucen las fronteras del país eludiendo los controles migratorios establecidos, ya sean terrestres, aéreos o marítimos, se enfrentarán a sanciones económicas que irán desde 1.000 hasta 5.000 dólares, dependiendo de la gravedad de la infracción cometida.
Esta medida se da a pocos días de la publicación de un decreto ejecutivo en la gaceta oficial, el cual tiene como objetivo frenar el flujo migratorio a través de la peligrosa Selva del Darién. El presidente Mulino subrayó que aquellos migrantes que no logren pagar la multa impuesta verán restringida su salida del país, y en caso de no contar con los recursos para cumplir con la sanción, serán deportados, algo que ha suscitado inquietudes entre las organizaciones humanitarias.
El nuevo decreto también establece que las penalizaciones deberán ser razonables, buscando que los migrantes puedan cumplir con las mismas antes de abandonar el territorio panameño. No obstante, la Selva del Darién se ha convertido en un paso obligado para miles de migrantes que, provenientes de naciones suramericanas, intentan alcanzar Estados Unidos pasando por Centroamérica y México.
Durante el año 2023, más de 520.000 personas se han aventurado a cruzar esta densa jungla, enfrentándose a múltiples peligros como ríos traicioneros, fauna salvaje y grupos criminales que operan en la región. Muchos de ellos llegan a los puntos de control panameños lastimados y sin recursos, donde reciben asistencia básica antes de continuar su travesía hacia la frontera con Costa Rica.
Cifras oficiales indican que, desde enero hasta la fecha, aproximadamente 283.000 migrantes han ingresado a Panamá a través de la selva, lo que representa una disminución del 37% en comparación con el mismo período del año anterior. La mayoría de estos migrantes son venezolanos, aunque también hay ciudadanos de Colombia, Ecuador, Haití y China.
Según el mandatario, en septiembre se registraron 25.111 migrantes, y hasta ahora, en octubre, se contabilizan alrededor de 21.542. Este flujo migratorio ha obligado al gobierno panameño a iniciar un programa de deportación, apoyado por Estados Unidos, para quienes cruzan el Darién, un tema que se ha vuelto crucial en el contexto de las inminentes elecciones estadounidenses. Hasta el momento, más de 1.000 migrantes han sido deportados bajo este esquema, aunque los venezolanos quedan exentos debido a las restricciones impuestas por Caracas, que prohíbe la llegada de vuelos provenientes de Panamá.
DCN/Agencias