Lamentamos la pérdida de Rickey Henderson, el icónico líder de los robos de base en la historia de las Grandes Ligas, quien falleció a los 65 años, según confirmó el New York Post.
Henderson, considerado uno de los mejores bateadores y ladrones de base de todos los tiempos, dejó una huella imborrable en el béisbol. Durante sus 25 años de carrera, vistió los colores de nueve equipos, logrando estadísticas impresionantes: 3,055 hits, 297 jonrones y 1,115 carreras impulsadas. Su récord de 2,295 carreras anotadas y 1,406 robos de base sigue siendo inalcanzable, un testimonio de su grandeza en el deporte.
El legendario jugador participó en el All-Star Game en 10 ocasiones y recibió el MVP de la liga en 1990 con los Atléticos de Oakland. Esa temporada brilló con un promedio de .325, lanzó 28 jonrones, impulsó 61 carreras y robó 65 bases, además de conseguir un OPS de 1.016 y un OBP de .439.
Henderson también se alzó con dos campeonatos de la Serie Mundial: uno en 1989 con los Atléticos y otro en 1993 con los Azulejos de Toronto. En 2009, el ‘Rey de las Bases Robadas’ fue inducido al Salón de la Fama de Cooperstown, un reconocimiento a su indiscutible impacto en el béisbol y su legado perdurable en el deporte.
Su legado como uno de los más grandes jugadores de su era seguirá siendo recordado por fans y jugadores, quienes siempre asociarán su nombre a la velocidad, astucia y destreza en el diamante.
DCN/Agencias