Una semana antes de que Donald Trump anunciara nuevas amenazas arancelarias a México y Canadá, Justin Trudeau y Claudia Sheinbaum se encontraron para discutir el tema. Según Bloomberg, los dos líderes se reunieron en la cumbre del Grupo de los 20 en Brasil, pero las señales apuntan a que cada uno optó por manejar la situación de manera individual.
Trudeau buscaba información sobre inversiones chinas, preguntando específicamente sobre la empresa BYD y su posible fabricación de autos en México. Por su parte, Sheinbaum buscaba asegurar que Trudeau no cedería ante las presiones de Trump para excluir a México del tratado comercial tripartito. Tras la reunión, Sheinbaum declaró a la prensa que Trudeau había sido claro al manifestar que no apoyaría la idea de sacar a México del tratado y comentó que la única planta de BYD en Norteamérica está en California.
La prueba de la cooperación entre ambos líderes llegó poco después. Tras regresar de Río, Trump usó su plataforma de redes sociales, Truth Social, para comunicar que impondría aranceles del 25% a productos provenientes de México y Canadá. En menos de dos horas, Trudeau se comunicó con él y, cuatro días después, viajó a Palm Beach para cenar con Trump en Mar-a-Lago.
Diplomáticos de todo el mundo observan lo que un funcionario del G20 definió como una guerra psicológica en desarrollo. La situación enfrenta a Canadá y México directamente, aunque el alcance de las maniobras de Trump se extiende globalmente. Recientemente, Trump advirtió a los países del grupo BRICS que enfrentarían un arancel del 100% si intentan crear una moneda que compita con el dólar en el comercio internacional.
DCN/Agencias