Moscú se viste de gala con un deslumbrante manto níveo que transforma la ciudad en un paraíso invernal

El último día del año, Moscú recibió una nevada inesperada que transformó la capital rusa en un paisaje invernal. Aquel día, cuando muchos ya no contaban con la posibilidad de un Año Nuevo nevado, copos de nieve empezaron a caer, cubriendo la ciudad bajo una densa capa blanca.

La intensa nevada, aunque presenta desafíos para los servicios de limpieza y exige precaución a los conductores en las calles, ha generado un ambiente festivo. Los habitantes de la ciudad acogieron con entusiasmo este manto blanco, disfrutando de la estampa casi de cuento que ofrece la ciudad en esta época del año.

Los residentes, sorprendidos por la ocurrencia del fenómeno, se lanzaron a las calles para aprovechar el momento, creando un ambiente de alegría y celebración. Además, la nieve resalta la belleza de los espacios urbanos, convirtiendo a Moscú en un atractivo lugar para quienes buscan disfrutar del invierno en su máxima expresión.

En medio de los esfuerzos por mantener las vías transitables, los moscovitas encontraron la oportunidad perfecta para divertirse. Familias y amigos se reunieron para hacer muñecos de nieve, lanzarse bolas y simplemente disfrutar de la singularidad del paisaje invernal en esta última celebración del año.

Los servicios de emergencia y de limpieza se activaron para atender los reportes de dificultades y asegurar la seguridad de los ciudadanos. A pesar de estos inconvenientes, el ambiente que se respira en la ciudad es uno de alegría y esperanza en el inicio del nuevo año, marcado por esta nevada que sorprendió a todos.

Así, Moscú cerró el año bajo un manto de nieve, un regalo inesperado que, sin duda, será recordado por los moscovitas y que simboliza el cambio hacia un nuevo ciclo.

DCN/Agencias