Esta semana, millones de trabajadores del sector público en China recibieron aumentos salariales inesperados, una medida que se da en el contexto de los esfuerzos del gobierno de Pekín por estimular el consumo ante la desaceleración económica. Se estima que esta inyección económica podría ser de entre 12 mil y 20 mil millones de dólares si se considera a los 48 millones de empleados públicos que se beneficiarían, según informó Reuters.
El último aumento salarial a nivel nacional para funcionarios ocurrió en 2015, con un incremento de más del 30% en los sueldos de los funcionarios locales, como parte de un plan para combatir la corrupción y mejorar el poder adquisitivo de la población.
Aunque la Oficina de Información del Consejo de Estado, que representa al gobierno chino, no ofreció comentarios sobre esta situación, se supo que el aumento promedio para los empleados públicos es de alrededor de 500 yuanes (68,50 dólares). Mientras tanto, algunos trabajadores de niveles más bajos reportaron incrementos de cerca de 300 yuanes (41 dólares).
Los aumentos salariales se aplicaron de manera retroactiva a julio y se entregaron en un solo pago, similar a una prima. Según expertos, la estrategia de Pekín busca incentivar el consumo en aquellos grupos más propensos a gastar. Un economista de la Economist Intelligence Unit indicó que las donaciones en efectivo a las poblaciones en situación de pobreza y los aumentos salariales son parte de un esfuerzo por impulsar el gasto, ya que los individuos de menores ingresos tienden a utilizar una mayor proporción de sus ingresos en consumo.
DCN/Agencias