El 21 de enero, las autoridades chinas expresaron su disposición para colaborar con la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en aras de alcanzar una «coexistencia pacífica» y «mejorar la comunicación» para reforzar las relaciones bilaterales.
El vocero del Ministerio de Exteriores chino, Guo Jiakun, durante una rueda de prensa, subrayó la necesidad de una cooperación basada en el respeto mutuo y la búsqueda de beneficios comunes. Según Guo, este esfuerzo bilateral debe desarrollarse «bajo el liderazgo estratégico de los dos jefes de Estado».
En este contexto, Guo hizo hincapié en la importancia de adherirse a los principios de respeto mutuo y gestionar adecuadamente las diferencias entre ambos países. Recordó que, días atrás, Trump y el presidente chino, Xi Jinping, sostuvieron una conversación telefónica considerada «positiva», donde ambos manifestaron su deseo de «resolver juntos numerosos problemas».
Ese mismo día, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, minimizó las primeras decisiones de Trump tras su regreso a la Casa Blanca. En una rueda de prensa con el ministro armenio Ararat Mirzoyán, Lavrov destacó que esto «indica qué métodos utilizará Trump y su administración para promover los intereses de Estados Unidos en el escenario mundial».
Lavrov también señaló que la meta de Washington siempre ha sido ser «más fuerte que cualquier otro competidor», independientemente de quién esté en el poder.
Esta serie de eventos refleja las dinámicas actuales de las relaciones internacionales y las posturas de los líderes en un contexto geopolítico en constante cambio.
DCN/Agencias