Desde su cama en el Hospital Universitario de Maracaibo, Gleison Briceño, de 51 años, relató a Foco Informativo cómo ocurrió el accidente en el que él y su hijo de ocho años fueron arrollados el pasado 19 de enero en el sector 18 de Octubre.
Briceño estaba en su motocicleta, detenido frente a un semáforo en rojo, esperando la luz verde. Al cambiar la señal, comenzó a avanzar cuando fue impactado por un automóvil. Según su testimonio, “cuando ella me bombea, me cae la moto encima”. Posteriormente, se dio cuenta de que el vehículo se acercaba rápidamente, y los neumáticos comenzaron a resbalar. Con fuerza, logró gritar a los transeúntes que intervinieran para frenar al conductor del vehículo.
El motorista narró que, al verse acorralado, el conductor salió del carro y los presentes le hicieron notar que había resultado gravemente herido, específicamente con una pierna fracturada. Fue entonces cuando reconoció a la conductora como Valeria Carruyo, quien, visiblemente angustiada por las circunstancias, se desmayó tras el impacto.
Briceño comentó que, tras el accidente, la mujer se alejó de la escena y pronto llegaron funcionarios del Cicpc, junto a un joven que asumió la defensa de Carruyo, indicando que “ellos correrían con los gastos y venimos a dar la cara por ella”. Esa misma noche, compraron los medicamentos requeridos en el hospital, pero desde entonces no han regresado a visitar a Briceño.
El afectado hizo un llamado a la atención de Valeria Carruyo, expresando su necesidad de hablar con ella, ya que siente que está evadiendo la situación y exige que se haga responsable.
DCN/Agencias