El 1 de diciembre, Ucrania anunció la interrupción del tránsito de gas natural ruso hacia Europa tras el vencimiento de un acuerdo de transporte de cinco años. El Ministerio de Energía ucraniano confirmó que, a las 07:00 horas (05:00 GMT), se detuvo el transporte de gas «por interés de la seguridad nacional».
Según el comunicado oficial, Ucrania ha informado a sus socios internacionales sobre la interrupción, asegurando que su sistema de transporte de gas está preparado para funcionar en «modo de tránsito cero» para garantizar el suministro a los consumidores ucranianos.
Ese mismo día, el gigante energético ruso Gazprom también comunicó que había cesado el suministro de gas a través de Ucrania debido a la expiración del acuerdo, alegando que Ucrania se había negado repetidamente a prorrogarlo, lo que dejó a la empresa rusa sin opciones para continuar el tránsito.
El acuerdo de tránsito había sido firmado en diciembre de 2019, antes del inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania. Antes de la guerra, Rusia proveía cerca del 40% del gas natural a la Unión Europea, siendo el tránsito a través de Ucrania una parte crucial en este suministro.
En 2024, Ucrania transportó 15.430 millones de metros cúbicos de gas ruso a Europa, un aumento del 5,7% respecto a 2023, aunque las cifras no se comparan con los niveles anteriores a la guerra. La participación del gas ruso en el mercado europeo se redujo del 35% a aproximadamente el 8%, mientras que Noruega y Estados Unidos han aumentado sus exportaciones para compensar la disminución.
El fin del acuerdo afectará principalmente a países de Europa Central como Austria, Hungría y Eslovaquia. El primer ministro eslovaco, Robert Fico, viajó a Moscú para discutir la situación con Vladimir Putin. Hungría, que recibe la mayor parte de su gas ruso a través del Mar Negro, ha minimizado el impacto, en tanto que Austria finalizó su contrato a largo plazo con Gazprom en diciembre.
En Europa del Este, Moldavia declaró un estado de emergencia por 60 días ante el corte de suministro ucraniano, y Transnistria, una región separatista moldava, ya enfrenta falta de calefacción y agua caliente. Sin embargo, hay informes que indican que Moscú aún envía gas a esta región, aunque no en cantidades suficientes.
DCN/Agencias